Daniel Roca: "¿Te imaginas recuperarte bajo un banco?"

Un hombre sin hogar duerme en un banco bajo la lluvia.
photo_camera Un hombre sin hogar duerme en un banco bajo la lluvia.
El médico de Atención Primaria recibe a muchas personas que no tienen hogar en su consulta

Daniel Roca es médico en el Centro de Atención Primaria (CAP) Raval Sur de Barcelona y en su consulta atiende a personas de toda condición social, pero también a muchas que no tienen hogar, para quienes es “más difícil” reponerse cuando caen enfermas: “¿Te imaginas recuperarte de una pulmonía en un cajero?”.

Roca explica que atender a personas que viven bajo un techo y atender a quienes lo hacen en la calle es “la noche y el día”, principalmente porque “las personas sin hogar no conciben su salud como una prioridad” porque consideran más importante “sobrevivir” o “conseguir su dosis de droga diaria” si son adictos.

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Roca tiene entre sus pacientes a personas atendidas en la Fundación Arrels, dedicada a acoger y orientar a personas sin hogar en Barcelona.

Confiesa que, en ocasiones, actuó como “el médico de cabecera oculto de Arrels” porque cuando hubo problemas para que las personas acudieran a la consulta en el horario establecido, él las atiende a cualquier hora “para darles flexibilidad”. “A quienes forman parte de este colectivo se les trata en los servicios de urgencias cuando tienen complicaciones graves, pero no tienen acceso a un seguimiento prolongado, por lo que es difícil atenderlos”, lamenta el médico.

Roca opina que las personas que viven en la calle tienen imposible seguir un proceso terapéutico porque “todas las recomendaciones de tipo médico que se les dan son imposibles de seguir para ellos: ¿Dónde guarda su insulina una persona diabética que vive en la calle? ¿Qué medidas de higiene tiene para mirarse el azúcar?”, plantea.

Una labor difícil

En relación con la recuperación de las personas sin hogar, el médico dice: “Tú, si tienes una pulmonía e ingresas tres días en el hospital, volverás a casa y te habrán preparado un caldo caliente, podrás reposar y estar de baja. ¿Te imaginas recuperarte en un cajero o debajo de un banco? Es imposible”.

Roca reconoce que lo más difícil de su tarea es “tratar con la frialdad de los hombres grises de la administración, aquellos que sólo piensan en números, papeles y dinero, que no tienen alma”, la burocracia, pero que lo más gratificante es que “con poco, consigues muchísimo”. “Es un sector de la población que no recibe nada porque no existe a ojos de los demás. Cuando les das atención te ganas su lealtad eterna”, resalta el médico, que cree que los problemas del sinhogarismo “van más allá de si el suelo está duro o hace frío”. “Si vives en la calle te vuelves invisible y para lo único que existes es para exponerte al peligro, a agresiones y a robos, de forma exponencial”, subraya.

De todas sus experiencias, se queda con haber trabajado hasta el año pasado en el Centro de Atención y Seguimiento (CAS) Baluard, donde atendía a “personas con drogodependencia en situación de calle”, porque le hizo “cambiar de perspectiva, tanto a nivel profesional como personal”.

La impresión de Roca es que “las adicciones son la consecuencia de la exclusión. Hay un pequeño porcentaje de personas que llega a la calle por adicciones, pero mi opinión, después de haber conocido esta realidad, es que la exclusión social que implica la calle lleva a consumir drogas como parte de la adaptación al medio”. “Es la forma fácil y barata, en ocasiones, de atenuar la sensación que comporta no existir para nadie, no ser nada”, añade.

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