Las comunidades ponen límites al turismo para combatir la masificación

Unos turistas visitan la Playa de las Catedrales en Ribadeo.
photo_camera Unos turistas visitan la Playa de las Catedrales en Ribadeo.
Desde cupos de acceso a playas hasta restricciones al paso de vehículos

Desde cupos de acceso a playas hasta limitaciones al paso de vehículos y autobuses lanzadera de visitantes a senderos, bosques y lagos e informadores ambientales son algunas de las medidas desplegadas en España para blindarse frente a la masificación y garantizar un turismo sostenible.

Ante imágenes, una vez más este verano, con colas de montañeros en picos como el K2 o el Everest, resurgió el debate, no solo del riesgo humano de la masificación del turismo en lugares peligrosos, sino también de su amenaza sobre hábitats naturales de por sí muy castigados y erosionados.

La playa gallega de las Catedrales, un monumento natural de arena y rocas esculpidas por el mar, además de la reserva natural de Doñana, en Andalucía, o el volcán del Teide, en Tenerife, son solo algunos de los muchos enclaves en España con limitaciones de acceso para compatibilizar el uso público con su preservación.

Desde altas montañas hasta frondosos bosques, volcanes o playas paradisíacas, convierten a España en privilegiado escaparate orográfico, rico en flora y fauna, de climas variados, tanto en la península como en las islas, con dieciséis parques nacionales y otros muchos de carácter regional, europeo y local.

Los entornos naturales, por su enorme valor ecológico, tienen que preservarse frente a un turismo masivo que pueda degradarlos, con regulaciones que permitan su disfrute ciudadano aunque con garantías de conservación, explica la portavoz de Ecologistas en Acción Pau Monasterio.

En los últimos veinte años, el turismo en Parques Nacionales creció un 77%, con cerca de 16 millones de visitantes anuales, según un informe de la asociación Eco-unión, que cita como causas el transporte o las redes sociales que popularizan entornos recónditos; a ello se suma el impacto del coronavirus, que convirtió en refugio, frente a la ciudad.

Las restricciones de uso público son muy diversas; Asturias mantiene el plan especial de transporte a los Lagos de Covadonga -el enclave más visitado del concurrido Parque Nacional de Picos de Europa- y en épocas de mayor afluencia solo se puede acceder en autobús o taxi con licencia en Cangas de Onís.

En Galicia, la playa de las Catedrales, en Ribadeo (Lugo), exige entrada que se reserva gratis por internet, y en la costa vizcaína el acceso al islote de San Juan de Gaztelugatxe ha sido reabierto al público, con un límite de casi 1.500 personas al día.

En el archipiélago canario, con unos 15 millones de turistas al año, el Parque Nacional del Teide tiene cupo de 200 visitas diarias. Además, en Gran Canaria, en la playa de Maspalomas se delimitaron espacios no accesibles para limitar la masificación.

Te puede interesar