El cigarrillo electrónico, un riesgo para comenzar a fumar

Un joven vapea con un dispositivo electrónico.
photo_camera Un joven vapea con un dispositivo electrónico.
La OMS alerta de que el uso de estos dispositivos triplica la probabilidad de iniciarse en el tabaco

El uso del cigarrillo electrónico, que en los últimos años se promociona cada vez más entre niños y adolescentes, triplica la probabilidad de que el usuario fume más adelante tabaco convencional, advierte ayer un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el consumo de tabaco en el que se piden limitaciones a esos nuevos productos.

Ocho millones de personas mueren anualmente por fumar o por estar expuestas al humo del tabaco, siendo una de las principales causas de muertes que podría evitarse. A esto se suma la carga de morbilidad causada por el tabaquismo, que puede provocar patologías graves al extremo de dejar al fumador incapacitado. A pesar de los esfuerzos internacionales para atajar esta epidemia, hay 1.000 millones de fumadores en el mundo, un 80% en países pobres.

El informe advierte que los menores entre los principales públicos objetivos de estos productos y se les intenta atraer mediante sabores atractivos y “afirmaciones engañosas”. Por ejemplo, algunos de estos productos electrónicos se comercializan como “libres en nicotina” cuando en realidad sí la contienen y denuncia que la industria tabacalera intenta dificultar la posibilidad de diferenciar entre unos y otros para debilitar las medidas de control antitabaco. “La nicotina es muy adictiva, la administrada por medios electrónicos puede ser perjudicial, y debe ser mejor regulada”, advierten los autores del informe.

El jefe de la Unidad de No Tabaco de la OMS, Vinayak Prasad, explicó en la presentación del estudio que los cigarrillos electrónicos y productos similares están prohibidos en 32 países. Otros 79 países regularon parcialmente esos dispositivos, pero sólo nueve de ellos les aplican las mismas restricciones que a los cigarrillos normales, mientras que “84 países no hacen nada y dejan la vía libre para que la industria del tabaco tome como objetivo a los más vulnerables, es decir a los niños”. 

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