CINE

Cannes se pone reivindicativo

Rossy de Palma llega a Cannes junto a la directora francesa Eleonore Weber.
photo_camera Rossy de Palma llega a Cannes junto a la directora francesa Eleonore Weber.
El Festival de Cannes llegó ayer a su ecuador tras una semana protagonizada por zombies, influencers, genios en botella y hasta un burro. La alfombra roja fue escenario de grandes alegatos en torno a la gran pantalla y reivindicaciones feministas.

Zombis, “influencers”, genios en una botella y hasta un burro viajero protagonizaron la primera semana del 75 Festival de Cannes que llegó ayer a su ecuador sin una clara favorita a la Palma de Oro. El certamen volvió a demostrar que es compatible exhibir cine de autor y rendirse a las grandes estrellas de Hollywood, como Tom Cruise, recibido con ovaciones y hasta con una exhibición aérea del ejército del aire, o Julia Roberts, que acudió como madrina del premio a las jóvenes promesas.

A cambio las estrellas se aprendieron bien el eslogan de un festival que defiende a tumba abierta las salas de cine. El propio Cruise-recompensado con una Palma de Honor por sorpresa el pasado miércoles-aseguró que nunca hará una película para una plataforma y la icónica Tilda Swinton hizo de la gran pantalla su bandera. Anne Hathaway, Marion Cotillard, Carla Bruni, Julianne Moore, Jennifer Connelly o Sharon Stone fueron algunas de las más aclamadas en la alfombra roja por la que también desfilaron Ethan Hawke, con su documental sobre Paul Newman y Joanne Woodward, o Woody Harrelson, en competición con la sueca “Triangle of sadness”.

Un festival comprometido

La aparición inesperada del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en la ceremonia inaugural citando a Chaplin para pedir al cine que no calle ante la guerra de Ucrania, dejó claro que Cannes también es un festival comprometido con los problemas del mundo. La alfombra roja fue escenario de reivindicaciones menos planificadas como la manifestante que se coló con el torso desnudo y pintado con los colores de la bandera ucraniana y una leyenda que decía “dejad de violarnos”. 

La polémica la sirvió, aunque brevemente, la cacareada alianza con TikTok, cuando el cineasta camboyano Rithy Panh denunció presiones corporativas para influir en el voto del jurado del concurso de cortos patrocinado por esa red social y que él presidía. Panh llegó a presentar su dimisión y surtió efecto porque horas después logró garantías de independencia y volvió al cargo.

En cuanto a la competición por la Palma de Oro, no hay una clara favorita, pero la que consiguió una puntuación más elevada de la crítica hasta el momento es “Armageddon Time”, el filme autobiográfico de James Gray con su amargo mensaje crítico al triunfo del neoliberalismo en Estados Unidos. 

Le pisa los talones “Eo”, del polaco Jerzy Skolimowski, que propone ver el mundo con la mirada de un burro en una “road movie” apocalíptica contra la crueldad hacia los animales y que conquistó a buena parte de la crítica por su elevada apuesta visual y sonora. También gustó mucho, pese a no llegar al nivel de sus filmes anteriores, “Triangle of sadness”, una ligera comedia satírica del sueco Ruben Östlund que ridiculiza a los ricos, sean oligarcas rusos o “influencers”, y critica el culto al dinero y a la belleza.

Aún queda una semana por delante y más de la mitad de las 21 películas por proyectar. Ayer defendieron las suyas el danés de origen iraní Ali Abassi, que compite con el thriller “Holy Spider” y la francesa Valeria Bruni-Tedeschi que rememora sus tiempos de aprendiz de actriz en “Les amandiers”. La 75 edición de Cannes está siendo la de la vuelta a la normalidad. El palmarés se dará a conocer el sábado durante la gala de clausura.

Protestas por la “sentencia de muerte” al audiovisual

Las principales asociaciones de productores españoles llevaron ayer al Festival de Cannes su protesta contra los cambios de última hora introducidos en el proyecto de Ley audiovisual, que pueden suponer “la sentencia de muerte” para el sector.

Consideran que el cambio de una sola palabra en el artículo 110 de la ley, que se votará el próximo jueves en el pleno del Congreso, permitirá que “las televisiones o cualquier otro operador” puedan producir contenidos dentro de la cuota obligatoria reservada hasta ahora a la producción independiente. La protesta unió a la práctica totalidad de los productores audiovisuales españoles, representados por PATE con socios como El Deseo, Mod Producciones, Morena Films, Secuoya o Atípica Films, y la Plataforma Audiovisual de Productoras Independientes, P.A.P, que a su vez incluye a Aecine, PIAF, PROA y los productores de animación, Diboos. “Todas las asociaciones nos hemos puesto de acuerdo por primera vez en años, no estamos exagerando y no estamos solos”, dijo María Zamora, como portavoz de todas ellas. Zamora forma parte este año del jurado de la Semana de la Crítica en Cannes y está detrás de éxitos recientes del cine español como “Alcarrás”.

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