Su legado como cantante y compositor es ya historia de la música española
Sociedad
Camilo Sesto
Infravalorada bajo la etiqueta de "música ligera", la canción melódica vivió en España años de gran esplendor y desarrollo en los 70 a través de figuras como Camilo Sesto, uno de los últimos de una estirpe que hizo de este un género de peso a reivindicar. El cantante y compositor, un mito a ambos lados del Atlántico, falleció ayer a los 72 años en el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid (Pozuelo de Alarcón, Madrid), debido a un fallo renal, según su cuenta oficial de Twitter. Sus restos serán incinerados tras ser velados hoy en la sede de la SGAE.
Sesto, nacido en realidad Camilo Blanes (Alcoy, 1946), abrazaba en su manera de interpretar la tradición levantina de Nino Bravo y, por extensión, la de Richard Cocciante y otros representantes de la canción italiana. Aquella, como la francesa, dos ramificaciones en realidad de la citada "música ligera", siempre fue mejor valorada que la canción melódica alumbrada en España, especialmente en las décadas siguientes, cuando el ascenso del rock y otros estilos defenestró sus virtudes.
"Algo de mí", su primer número 1 en solitario, incluido en el álbum del mismo nombre publicado en 1971, ya daba pruebas del valor de la obra que estaba por llegar, con un desgarro melodramático que siempre lo acompañó y dio mayor carga simbólica a sus letras. En sus creaciones aflora su amor declarado por la fuerza melódica de The Beatles, que se internó en otros territorios como el del rock ("Jesucristo Superstar") y que con letras como "Vivir así es morir de amor" enseñó de forma pionera a bailar las penas para convertirlas en un triunfo.
Las composiciones que cantó Camilo Sesto gozaban de una complejidad digna de ser reconocida, con unos arreglos especialmente ricos que él a menudo supervisó o ayudó a cimentar como productor. Salvo en el caso de otros supervivientes de aquella estirpe como Raphael, la música de corte sentimental nunca volvió a ser lo mismo en España y sus representantes posteriores (David Bustamante, David Bisbal, Luis Fonsi...) pocas veces tuvieron la oportunidad de interpretar con semejante parapeto orquestal composiciones que, de partida, ya eran escritas sobre el sobrio patrón instrumental del rock.
Precisamente Raphael lamentaba ayer su fallecimento. "Querida gente maravillosa, hoy estoy triste. Se nos fue Camilo Sesto, una de las voces más importantes de la música de España y Latinoamérica. Ídolo indiscutible. Gran amigo mío de toda la vida. Buen viaje querido amigo", tuiteaba el cantante. Los políticos se sumaron a las condolencias. "Perdemos un gran artista, sus canciones forman parte de nuestra vida", indicaba el PSOE. "Triste noticia", se lamentaba Pablo Casado, del PP, al igual que Albert Rivera de Cs. "Nos deja un cantante y compositor eterno", escribían desde Podemos.n
Sesto, nacido en realidad Camilo Blanes (Alcoy, 1946), abrazaba en su manera de interpretar la tradición levantina de Nino Bravo y, por extensión, la de Richard Cocciante y otros representantes de la canción italiana. Aquella, como la francesa, dos ramificaciones en realidad de la citada "música ligera", siempre fue mejor valorada que la canción melódica alumbrada en España, especialmente en las décadas siguientes, cuando el ascenso del rock y otros estilos defenestró sus virtudes.
"Algo de mí", su primer número 1 en solitario, incluido en el álbum del mismo nombre publicado en 1971, ya daba pruebas del valor de la obra que estaba por llegar, con un desgarro melodramático que siempre lo acompañó y dio mayor carga simbólica a sus letras. En sus creaciones aflora su amor declarado por la fuerza melódica de The Beatles, que se internó en otros territorios como el del rock ("Jesucristo Superstar") y que con letras como "Vivir así es morir de amor" enseñó de forma pionera a bailar las penas para convertirlas en un triunfo.
Las composiciones que cantó Camilo Sesto gozaban de una complejidad digna de ser reconocida, con unos arreglos especialmente ricos que él a menudo supervisó o ayudó a cimentar como productor. Salvo en el caso de otros supervivientes de aquella estirpe como Raphael, la música de corte sentimental nunca volvió a ser lo mismo en España y sus representantes posteriores (David Bustamante, David Bisbal, Luis Fonsi...) pocas veces tuvieron la oportunidad de interpretar con semejante parapeto orquestal composiciones que, de partida, ya eran escritas sobre el sobrio patrón instrumental del rock.
Precisamente Raphael lamentaba ayer su fallecimento. "Querida gente maravillosa, hoy estoy triste. Se nos fue Camilo Sesto, una de las voces más importantes de la música de España y Latinoamérica. Ídolo indiscutible. Gran amigo mío de toda la vida. Buen viaje querido amigo", tuiteaba el cantante. Los políticos se sumaron a las condolencias. "Perdemos un gran artista, sus canciones forman parte de nuestra vida", indicaba el PSOE. "Triste noticia", se lamentaba Pablo Casado, del PP, al igual que Albert Rivera de Cs. "Nos deja un cantante y compositor eterno", escribían desde Podemos.n
