Nutrición para una buena cicatrización

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Un buen estado de hidratación favorece entre otras funciones, la entrega de nutrimentos reparadores a las células de las mucosas y tejidos dañados

 

El estado nutricional y las elecciones delos alimentos influyen en la cicatrización de las heridas,  una piel sana e hidratada no sólo está más protegida ante las agresiones sino que evidencia una mejora en la recuperación y curación de las heridas cuando ya están establecidas.  

En este sentido, el cuidado nutricional deberá enfocarse tanto en conservar un buen nivel de hidratación como en brindar una dieta equilibrada. Ambas líneas de atención son importantes  para la recuperación. La ingesta de líquidos adecuada puede promoverse ofreciendo pequeñas tomas frecuentes de agua como bebida de preferencia, pero también alternando, para no aburrir su consumo, con otras bebidas agradables como caldos, zumos, batidos, infusiones o alimentos como frutas jugosas con un 90% de agua en su composición (sandías, melón, naranjas, etc.) 

Un buen estado de hidratación favorece entre otras funciones, la entrega de nutrimentos reparadores a las células de las mucosas y tejidos dañados. Algunos de estos nutrientes, como las proteínas, resultan fundamentales por lo que es recomendable asegurar siempre una porción de carne, pescado, huevo, legumbre o lácteo en cada toma.

Este objetivo en ocasiones puede resultar difícil de cumplir, especialmente en personas con heridas de cierto grado, como las úlceras por presión (UPP) que aumentan las necesidades de energía y nutrientes y cuyas limitaciones (malnutrición, encamado, etc.) comprometen bastante la alimentación oral. 

En términos generales el cuidado nutricional en los procesos de cicatrización se centra en la calidad y densidad de los nutrientes más que en su cantidad. Se recomienda iniciar las acciones dietéticas planificando una alimentación tal que favorezca en todo momento, el acceso a los alimentos y disminuya lo máximo posible, las limitaciones a la hora de comer. De esta forma los esfuerzos deberán ponerse en presentar comidas y meriendas (nutritivas) modificadas en textura (preparaciones blandas y suaves) que necesiten poca masticación y que a su vez, sumen ingredientes del agrado de los pacientes para animarlos a comer.  

Se completarán las preparaciones de proteínas de buena calidad, con pequeñas porciones de alimentos ricos en ácidos grasos esenciales, vitaminas, y minerales. Algunos ejemplos para incorporar a los platos con proteína:

  • Croquetas de atún con sésamo.
  • Huevos escalfados sobre puré de col rizada (verdura rica en vitamina K y sustancias antioxidantes).
  • Crema de garbanzos con aceite de oliva y almendras molidas.

Se puede considerar la utilización de suplementos cuando las heridas exijan un aumento de los requerimientos de vitaminas y minerales y no sea posible aumentar el consumo de alimentos y bebidas. Para las personas con diabetes, controlar los valores glicémicos es una de las mejores acciones de prevención y cicatrización. Apóyese en su médico y su nutricionista para desarrollar un plan individualizado de alimentación ajustado a las necesidades específicas.

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