Álvaro Vargas, técnico superior en Dietética, licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual, se consolida como gurú de la cocina vegetariana con su nuevo libro, el séptimo, “Vegesanísimo”, el segundo publicado con Planeta. Hoy lo presentó para toda Galicia en Santiago de Compostela, ciudad que eligió para abrir su primera consulta nutricionista hace unas semanas. Madrileño de nacimiento, su carácter nómada e inquieto lo llevó a instalarse en Oporto, tras su paso por Gran Hermano en 2013, de dónde salió con el sombrenombre “Pollito”. Desde su nueva faceta profesional orientada en la alimentación sana, cuenta por miles sus seguidores en Instagram y en Facebook, con los que comparte su consejos sobre nutrición . De su última aventura editorial, Vargas habló para Atlántico.
¿Qué le llevó a convertirse en vegano?
Soy vegano desde hace seis años. Coincidió con la llegada de un perrito a mi casa, Ron. Me volqué en cuidarlo, pensé que no había mucha diferencia con otros animales por lo que no tenía sentido que no los respetase también.
¿Encuentra como consumidor vegetariano oferta suficiente?
Cada vez más. La hostelería está bastante atenta a los cambios del mercado para cumplir con las demandas del turismo y en Europa cada vez son más los que escogen esta opción. Por otra parte, en los menús siempre hay algún plato que cambiando uno o dos ingredientes vale para los veganos.
¿Y a nivel social está bien aceptado?
Eso es más complicado. Al sentarse a la mesa siempre surgen cuestiones y dudas entre los otros comensales, pero también hay los que le buscan las vueltas. Mi experiencia como vegano sigue siendo un tema muy recurrente en todas las sobremesas.
En “Vegesanísimo” comienza abordando el tema del equilibrio nutricional en las recetas veganas, ¿se puede comer sano sin incluir carnes ni pescados?
Sí se puede. Hay que combinar bien vegetales, frutas y cereales para asegurar el aporte nutricional que necesitamos.
Propone más de 80 recetas veganas, ¿hay tanta variedad?
En libro está enfocado en demostrar que se puede comer sano y variado. Intenta ofrecer posibliddes que se salgan de las recetas que se encuentran en internet, ir un poco más allá, apostando por el sabor. Se utilizan los condimentos igual que en la cocina tradicional.
Hace hincapié en aprovechar los productos de temporada.
En el caso de las frutas se asegura que maduren en el árbol, por lo que se utilizan menos pesticidas. Además, al igual que las verduras, en su época es cuando tienen el máximo nivel nutricional.
Cuida especialmente el emplatado, ¿es cierto que la comida entra primero por los ojos?
Claro, ya es algo que pasaba de niños. Si tiene buen aspecto, apetece más.
