SALUD

La dieta saludable, un privilegio

El elevado costo de los alimentos saludables fomenta el consumo de productos no recomendados
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El acceso a una alimentación equilibrada continúa siendo un privilegio al que no toda la población tiene acceso. Frente a esto, organizaciones a nivel mundial han emitido un informe en el que se detallan los problemas que acarrea la ausencia de una dieta equilibrada en los organismos y en el planeta, aportando soluciones y propuestas
 para su aplicación.
El hambre está íntimamente relacionada con la imposibilidad que tienen millones de personas en todo el mundo de poderse permitir una dieta saludable, un hecho que a su vez conlleva una serie de "costos ocultos", tanto por el impacto que tiene sobre la salud como por el que las actuales tendencias alimenticias tienen sobre el medio ambiente. Por ello, según la ONU, es fundamental transformar los sistemas alimenticios a nivel mundial.
Hoy por hoy, lo que se considera una dieta saludable cuesta mucho más que los 1,9 dólares al día en que está establecido el umbral internacional de la pobreza, de ahí que comer sano esté fuera del alcance de muchas personas, según se desprende del `Informe del estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo`, presentado por la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
En 2017, había más de 3.000 millones de personas en el mundo que no se podían permitir una dieta saludable. De ellas, 1.900 se encontraban en Asia y 965 millones en África, si bien el problema también afecta a América Latina y el Caribe, y a América septentrional y Europa.
Pero al costo y la asequibilidad de las dietas, hay que sumarle los llamados "costos ocultos" que implican nuestras decisiones alimentarias y los sistemas alimentarios que las respaldan.
En primer lugar, destaca el costo de atención sanitaria. Así, el documento alerta de que si los hábitos actuales de consumo de alimentos continúan, los costos sanitarios relacionados con la dieta, derivados de la mortalidad y las enfermedades no transmisibles, superarán los 1.300 millones de dólares al año para 2030.Por contra, según las agencias de la ONU, si se apostara por dietas saludables los costos sanitarios directos e indirectos se reducirían en hasta el 97 por ciento, generando así ahorros importantes que se podrían invertir en reducir el costo de los alimentos nutritivos.
En cuanto al segundo costo oculto, el relativo al costo social relacionado con la dieta de las emisiones de gases de efecto invernadero derivado de los hábitos alimenticios actuales, se prevé que alcance los 1.700 millones de dólares al año para 2030. Sin embargo, la adopción de dietas saludables que incluyan consideraciones de sostenibilidad reduciría el costo de las emisiones entre, aproximadamente, un 41 y un 74 por ciento en 2030.
Los directores de las cinco agencias que promueven el informe admiten que "no existe una solución universal para los países, y los encargados de la formulación de políticas tendrán que evaluar los obstáculos específicos de cada contexto".
Entre las recomendaciones que hace el informe figura el "restablecimiento urgente del equilibrio de las políticas y los incentivos agrícolas para lograr una inversión más sensible a la nutrición en la producción alimentaria y agrícola, y apostar por aumentar la eficiencia en el almacenamiento, la elaboración, el empaquetado, la distribución y la comercialización de alimentos".n
 

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