SALUD

Cenar tarde y usar pantallas antes de dormir afecta negativamente a la salud

Un adolescente, delante de la pantalla con un videojuego.
photo_camera Un adolescente, delante de la pantalla con un videojuego.

Comer y cenar tarde y el uso de pantallas antes de dormir inciden directamente sobre los índices de grasa corporal y marcan el ritmo de pérdida de grasa en un proceso de adelgazamiento, además de aumentar los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares. Esta es la principal conclusión que se extrae de los diferentes estudios llevados a cabo en los últimos años por el equipo de investigación de la Universidad de Murcia (UMU) liderado por la catedrática de Fisiología Marta Garaulet.
Los resultados de estos estudios se han dado a conocer a lo largo de 2020 en seis artículos publicados por las principales revistas científicas dedicadas a nutrición de Europa y Estados Unidos. Se trata de ensayos que van desgranando los porqués del efecto de las horas de ingesta de alimentos; un camino empezado en el año 2013 con la publicación de los resultados de un estudio que abrió en todo el mundo el camino a la investigación en la crononutrición.
Un estudio que implicó a 3.660 individuos ha demostrado que quienes tienen un punto medio de ingesta tardío están más gordos, tienen los triglicéridos más altos y presentan una mayor resistencia a la insulina; factores que determinan un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

El punto medio de ingesTa
¿Y qué es el punto medio de ingesta? Pues es el resultado del número de horas desde el inicio del desayuno hasta el de la cena, dividido entre dos y sumado a la hora del desayuno. Por ejemplo: una persona que desayuna a las 7.00 y cena a las 20.30 horas tendrá un punto medio de ingesta a las 13.30 horas. En otro caso, una persona que desayune a las 10.00 y cene a las 23.00 tendrá su punto medio de ingesta a las 16.30. Este último estudio demostró  que cada hora de retraso de ese punto medio de ingesta implica un kilo menos de pérdida de peso en un proceso de 19 semanas de tratamiento.
El estudio del comportamiento de las personas voluntarias de este ensayo también ha establecido que los comedores tardíos tienden a comer más cuando están estresados, que lo hacen principalmente por la noche. La razón metabólica de por qué la hora de las ingestas influye tanto se ha encontrado en una enzima que ayuda al cuerpo a quemar grasa, y cuya máxima actividad es por la noche. Cuando cenamos tarde, la actividad de esta enzima disminuye a la tercera parte.
Las investigaciones inciden en que la hora apropiada para cenar es 2,5 horas antes de irse a dormir, ya que cenar más tarde de esa hora supone, además de una mayor propensión a la obesidad, un aumento de los valores de glucosa en sangre.n

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