REDONDELA

Los placeros de Redondela, "sin clientes", lanzan un SOS

Los puestos de alimentos frescos del mercado municipal están prácticamente desiertos.
photo_camera Los puestos de alimentos frescos del mercado municipal están prácticamente desiertos.
El mercado sigue abierto y mantiene la actividad habitual en pescadería, frutería y carnicería
“Llevamos dos semanas sin apenas clientes, pero esta última fue terrible para todos los placeros”, explica preocupada Marga Castro, presidente de la Asociación de Comerciantes del Mercado de Redondela y vicepresidente de la nueva ejecutiva de la de Empresarios. Y es que desde que comenzó la crisis del coronavirus, la mayoría de los vecinos de la villa y de las parroquias se han olvidado del mercado municipal, uno de los puntos en los que se puede encontrar mejor producto fresco durante todo el año, y que continúa abierto estos días al ser un lugar de venta de alimentos de primera necesidad. 
En la actualidad permanecen abiertas las tres carnicerías y otras tantas fruterías de la plaza, así como las siete pescaderías que ocupan los lugares más visibles de la primera planta del edificio del mercado. Los que sí echaron el cierre fueron las floristerías y la cafetería, que ya no sirven al público desde la publicación del real decreto de alarma sanitaria. 
Los placeros se quejan que la plaza “está prácticamente desierta. Hay mucha gente que cree que estamos cerrados y, además, todo el mundo es derivado hacia los supermercados, que están abarrotados mientras que nosotros no vendemos nada”. El resultado de esta situación, que califican de límite, es que “cada día compramos menos producto y muchas veces tenemos que llevarlo a casa porque no tiene salida”. 
El centro de Redondela parecía ayer el de una villa fantasma, salvo en las  inmediaciones de los supermercados que hay en el caso urbano y de algunas panaderías. Para Marga, el mayor problema que tienen ahora los placeros del mercado es "que como casi todo cerró, incluidas muchas tiendas pequeñas de alimentación porque no tienen clientes, la gente debe pensar que nosotros también hemos bajado la persiana". 
La situación es insostenible, según asegura, y "si las cosas no cambian, muchos terminarán cerrando porque con las ventas que tenemos no nos llega ni para cubrir los gastos".  Además, recuerda que la falta de ventas en el mercado "también repercute en la lonja y en los marineros, además de en los agricultores y ganaderos". 

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