Un poco de Messi basta

Los jugadores de la selección de Argentina celebran su victoria sobre Australia, que les permite pasar a cuartos.
photo_camera Los jugadores de la selección de Argentina celebran su victoria sobre Australia, que les permite pasar a cuartos.
Argentina consiguió el pase a cuartos ante Australia en un partido plano, sólo agitado al final, en el que el capitán de la Albiceleste abrió el marcador y dio luz a su equipo

Un poco de Leo Messi removió ayer un partido plano -agitado al final-, sin riesgos excesivos a asumir por nadie, definido por el enorme talento individual del capitán, que rubricó después Julián Álvarez y que se reanimó por un gol australiano en el último tramo que no impidió el trasvase de Argentina a los cuartos de final de Qatar 2022, donde le espera Países Bajos.

De hecho, una mano salvadora de Emilano Martínez sobre la bocina evitó sobresaltos serios para el conjunto sudamericano, que después de dominar el juego terminó con el agua al cuello y pendiente de la hora. El noveno gol del rosarino en un Mundial, en su partido 1.000 como profesional, llevó a la Albiceleste más allá de los octavos, donde se estancó cuatro años atrás, en Rusia 2018, superada por Francia, que terminó campeona.

Argentina cumplió ante un rival menor, Australia, resignada a su suerte y encomendada al paso del tiempo, a una acción puntual o a un desempate por penaltis para lograr por primera vez en su historia superar los octavos, que en Qatar 2022 disputó por segunda vez en toda su historia. Solo creyó al final, cuando se encontró con el tanto inesperado de Craig Goodwin y minutos para obrar un milagro.

No hubo tiros a puerta ni acciones de peligro hasta que Messi lo sacudió con el gol del minuto 35, que llegó cuando menos se esperaba y cuando el equipo de Graham Arnold había iniciado la cuenta atrás para llegar al descanso indemne.

Una falta lateral llevó la pelota a Alexis Mac Allister, que realizó un pase interior que esperaba Nicolás Otamendi. El central paró el balón y lo recogió Messi, que ejecutó su tiro favorito. Con la izquierda, raso, pegado a un palo.

No había necesitado el rosarino alardear de sus virtudes. Bastó una aparición, un poco de chispa para echar por tierra todo el trabajo australiano. Con mínimo esfuerzo Argentina tenía de cara el objetivo que aseguró al inicio de la segunda parte, cuando Julián Álvarez firmó el segundo.
Un gol de delantero que se originó como premio a la presión de Rodrigo de Paul en la salida de balón del rival. Achuchó al portero Matthew Ryan, que se lo quitó de encima. Lo recogió Julián y lo envió a la red, a puerta vacía.

La Albiceleste, con espacios, se sintió a gusto pero una acción aislada, de infortunio, lo cambió todo. Australia se encontró con un gol que le devolvió al partido cuando Craig Goodwin, que acababa de salir al campo, se topó con un mal despeje de Nicolas Otamendi. Chutó desde fuera del área, el balón tocó en Enzo Fernández, despistó a Emiliano Martínez y atravesó la puerta. Sufrió después Argentina, pero ya está en cuartos. 

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