La eterna candidata gana

Dumfries celebra su gol, el que acabó por decidir el partido ante Estados Unidos.
photo_camera Dumfries celebra su gol, el que acabó por decidir el partido ante Estados Unidos.
Países Bajos se apoya en Dumfries para eliminar a la Estados Unidos de Luca de la Torre

Denzel Dumfries, con dos asistencias y un gol, se convirtió ayer en el gran protagonista de la selección de Países Bajos, que eliminó a la de Estados Unidos tras batirla por 3-1 en su partido de octavos disputado en el estadio Khalifa de la localidad de Al Rayyan. Países Bajos, la eterna aspirante, triple subcampeona del mundo -1974 (liderada por el irrepetible Johan Cruyff), 1978 (sin él) y en 2010, cuando cayó en la final del Mundial de Sudáfrica ante la virtuosa España- y otras dos veces más semifinalista -la última de ellas hace ocho años, en Brasil, donde acabó tercera, en la primera etapa de Louis Van Gaal- no podía dejar pasar la oportunidad de postularse entre las candidatas a levantar la Copa. Y esta vez hizo buenos los pronósticos que la señalaban como favorita ante Estados Unidos.

El conjunto estadounidese, lejos de contemporizar, se lanzó al ataque desde el arranque, en un equipo en el que formaron de inicio el ex barcelonista Sergiño Dest, en el carril derecho, y el valencianista Yunus Musah, indiscutible en el centro del campo con McKennie y el capitán, Tyler Adams. Pero los neerlandeses, con los que formaron de inicio los barcelonistas Memphis Depay  y Frenkie De Jong, no estaban incómodos cediéndole el balón al ‘Team USA’. Y en la primera jugada seriamente trenzada, con brillantez, pasando por el catalizador De Jong, el balón acabó llegando a Dumfries, compañero de Sergiño en el Inter, que con un sensacional servicio por la derecha habilitó a Depay para que éste batiese de un martillazo seco a Turner. 

Volvió el equipo de Van Gaal -que ya lleva 19 partidos seguidos sin perder como seleccionador, con una sola derrota en los últimos 47- a dejarle el esférico a los norteamericanos. Pero despertaron los holandeses y Dumfries centró de nuevo desde la derecha para que esta vez fuese Daley Blind -hijo de otro mito, Danny Blind, exseleccionador de su país- el que, justo antes de que se cerrara el primer acto, colocase el 2-0.

En la reanudación y esta vez ya por necesidad, los estadounidenses repitieron el libreto de la primera mitad. Y en los primeros minutos se volcaron sobre la portería rival. Aunque, en el momento que se abría, Países Bajos demostraba que puede ser letal.

Berhalter imprimió ritmo a su equipo al meter en el campo a Giovanni Reyna y a Wright, que acortó distancias, tras una gran acción de Pulisic, por la derecha, en el minuto 76. El partido se animó, porque los estadounidenses se vinieron arriba. Buscaban hacer realidad su sueño. Pero ese sueño se desvaneció sólo cinco minutos después. Un sensacional Blind centró largo desde la izquierda para que, sobre la marcha y en el minuto 81, empalmase con la zurda Dumfries, cerrando el partido y sellando una sensacional actuación personal.

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