La magia de la Navidad invadió el centro de la ciudad con la visita de Melchor, Gaspar y Baltasar. Nadie quiso perderse la llegada de los Reyes Magos a Vigo en una Cabalgata de récord, con un mayor recorrido -desde el nudo de Isaac Peral con García Barbón hasta el Paseo de Alfonso XII con final en Pi y Magall- más de cuatro toneladas de caramelos lanzados para endulzar la Noche de Reyes y cerca de 200.000 personas disfrutando de la comitiva, según cifró el Concello de Vigo, convirtiéndose en la más numerosa hasta la fecha tras los 150.000 asistentes que presenciaron la Cabalgata hace un año.
Los motoristas de la Policía Local de gala y los jinetes abrieron la comitiva que dio inicio tras el mensaje de Abel Caballero por la megafonía, anunciando que Melchor, Gaspar y Baltasar ya habían llegado al centro de la ciudad. Inspirada en el imaginario de los cuentos clásicos, sus famosos personajes y animales invadieron las calles de Vigo en esta edición con 14 carrozas, cuatro autobuses decorados para la ocasión y la presencia de grupos de animación que pusieron la nota de color y animaron al público con la música.
Con la iluminación navideña a pleno funcionamiento, decenas de miles de niños, padres y abuelos esperaban ansiosos la llegada de los Reyes Magos, no solo para verlos de cerca, también para conseguir los tan deseados caramelos –sin glúten y sin azucar– que se lanzaron desde lo más alto de las carrozas. La Cabalgata volvió a demostrar que es una de las fechas más especiales para los más pequeños, quienes llamaban llenos de ilusión a los Reyes Magos.
Los Autos Locos, Dumbo o los personajes de Winnie The Pooh transmitieron su alegría al público y prepararles para la llegada de la Cartera Real, quien abría la comitiva de Melchor, Gaspar y Baltasar. Los Reyes recibieron la calurosa acogida de los niños vigueses, dando también comienzo a la particular “pelea” por los caramelos, saludando e incluso bailando. Melchor, Gaspar y Baltasar se bajaron en el Paseo de Alfonso –las carrozas continuaron hacia Pi y Margall– y regresaron a Porta do Sol, donde se dirigieron al público y recibieron de manos del alcalde las llaves de la ciudad con las que dejar los merecido regalos a los niños vigueses.