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El volcán filipino Taal obliga a evacuar a miles de personas

Dos motoristas recorren una carretera cubierta de ceniza, un día después de la erupción del volcán.
photo_camera Dos motoristas recorren una carretera cubierta de ceniza, un día después de la erupción del volcán.
Los efectos de su erupción, que ya escupe lava, cubrieron a la capital Manila de ceniza y humo tóxico
n n n Los efectos de la erupción del volcán Taal en Filipinas, que ya escupe lava, llegaron ayer a Manila, cubierta por un halo de ceniza y humo tóxico que paralizó el frenético ritmo y congestionado tráfico de la capital. Las autoridades declararon alerta roja en la capital ante el riesgo para la salud que entraña la proximidad del volcán -a unos 60 kilómetros al sur-, lo que obligó a cancelar clases en escuelas y universidades, así como el trabajo en edificios gubernamentales.
El Gobierno filipino también pidió a las empresas privadas suspender el trabajo para evitar que millones de personas tuvieran que salir a la calle y exponerse a las partículas tóxicas que flotan en el aire, según las recomendaciones del Departamento de Salud. Manila amaneció con numerosos establecimientos cerrados, mercados semidesabastecidos y con sus principales avenidas prácticamente desiertas, frente a los habituales atascos en una de las ciudades con peor tráfico del mundo. 
La erupción del Taal, que comenzó el domingo y que la pasada madrugada ya escupió lava, forzó  la evacuación de unas 22.000 personas en los municipios de alrededor del volcán, de las que 18.100 están refugiadas en los 76 centros de evacuación. La mayoría de los evacuados se han registrado en la provincia de Batangas, que ya se ha declarado en estado de calamidad entre frecuentes cortes de electricidad, después de que sus municipios amanecieran cubiertos por un grueso manto de ceniza gris.
Del total de evacuados, unos 2.000 residen en la pequeña isla dentro del lago Taal que conforma el propio volcán, en las laderas del mismo donde están instaladas comunidades pobres que viven de la ganadería y la pesca, aunque muchos han perdido gran parte del ganado con la erupción.n

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