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La reforma de Putin, un paso para perpetuarse en el poder

El presidente ruso Vladimir Putin en su conferencia anual.
photo_camera El presidente ruso Vladimir Putin en su conferencia anual.
El presidente ruso deja sin aclarar cuál será su futuro papel político tras el cambio constitucional

El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció la mayor reforma política de los últimos veinticinco años, pero ha dejado sin responder la pregunta más importante. ¿Cuál será su papel en el futuro orden político de Rusia? ¿La del zar paternalista o autócrata comunista que no puede dejar solo a su pueblo o la del mandatario que guiará la transición en la sombra?
En lo que coinciden todos los analistas es que Putin no renunciará a su posición de liderazgo forjada durante los últimos veinte años y que es aceptada a pies juntillas por toda la élite política nacional. Puede que no permanezca en el Kremlin después de 2024, pero sea quienes sean los futuros dirigentes rusos deberán rendirle pleitesía. "A día de hoy la gestión de Putin, sobre todo en política exterior, es muy valorada. Muchos querrían que el potencial acumulado durante estos veinte años se siga aprovechando en un futuro. ¿De qué forma? Aún no se sabe", comentó el politólogo Andréi Koshkin.
Putin tiene varias opciones. Podría seguir la senda marcada por el histórico dirigente chino Deng Xiaoping. Deng abandonó su último cargo en 1989 después de la Matanza de Tiananmen, pero los chinos siguieron considerándole el auténtico líder del gigante asiático hasta su muerte en 1997. Precisamente, fue él quien impulsó las reformas económicas y el retorno de Hong Kong a su redil. Además, puede asumir la jefatura del Gobierno una vez entren en vigor las nuevas reformas constitucionales, pues será la Duma (cámara baja del Parlamento ruso) la que nombre al primer ministro. De hecho, muchos consideran al ya nuevo primer ministro, Mijaíl Mishustin, un hombre de paja. 
No obstante, de cara a las elecciones legislativas de 2021, esa opción tiene el riesgo de que el partido del Kremlin, Rusia Unida, es muy impopular entre los rusos, especialmente entre los más jóvenes, que protagonizaron este verano en Moscú las mayores protestas antigubernamentales desde 2012.

EL CONSEJO DE ESTADO

Con todo, la variante que encajaría a la perfección la desveló el propio Putin en su discurso sobre el estado de la nación. El número uno del Kremlin propuso acuñar en la Constitución el Consejo de Estado, órgano consultivo presidido y creado por el actual jefe del Estado tras su llegada al poder hace dos décadas. Desde ese puesto, como si fuera el politburó o el comité central del antiguo Partido Comunista (el Consejo Estatal acoge entre otros a los presidentes de la Duma y el Senado y a los líderes regionales), Putin presidiría la implementación de los proyectos nacionales. 

"Putin es un gestor poco eficiente, pero un talentoso demagogo. En Rusia no habrá parlamentarismo, lo que habrá es absolutismo. La Duma no ha recibido grandes poderes y siguen apareciendo nuevas estructuras ejecutivas", dijo Ruslán Jasbulátov, presidente del Parlamento bombardeado por orden de Boris Yeltsin en 1993.

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