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El muro fronterizo con México no se acabará en año electoral

Muro que separa San Diego (Estados Unidos) de Tijuana (México) visto desde la parte norteamericana.
photo_camera Muro que separa San Diego (Estados Unidos) de Tijuana (México) visto desde la parte norteamericana.
La promesa estrella del presidente de EEUU solo se completó en una pequeña parte del trazado

n n n Tres años después de que el presidente Donald Trump ordenase su "gran y hermoso muro" en la frontera con México, el proyecto sigue sin concretarse y ya es practicamente imposible que, si se pone en marcha, acabe este 2020 electoral. Cuando el sábado se cumplan tres años de la firma de aquella orden ejecutiva, se habrá reforzado la seguridad de unas 101 millas (162 kilómetros) de línea fronteriza, pero no a través de un muro de hormigón, como aseguró Trump, sino por medio de una valla de acero que en gran medida reemplaza construcciones anteriores y lejos en todo caso del plan de completar 450 millas (643 kilómetros) para fines de 2020.
La intervención se hizo en poco más de un centenar de millas, que equivale al 0,04 % de una frontera de casi 1976 millas (3.180 kilómetros) de frontera con México, a las que se añaden 133 millas que se hallan en construcción, de acuerdo a la Patrulla Fronteriza. Hace dos semanas, el secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Chad Wolf, celebró en Yuma (Arizona) el "nuevo" muro fronterizo, que sustituye anticuadas barreras por una "moderna" que incluye tecnología punta como sensores, cámaras de vigilancia y mejor acceso para los agentes fronterizos.
Jenn Budd, una exagente de la Patrulla Fronteriza que ahora es voluntaria en grupos de apoyo a migrantes, dice que la mayoría de aquellos que no viven en estados fronterizos "no tienen ni idea" de lo que sucede en esta región.

mensaje para electores
Durante el acto se descrubrió una placa que subraya el "importante logro" que supone la nueva valla, pero a juicio de Budd es un mensaje para los electores de Trump que viven alejados de la frontera, precisamente en año electoral.
Y en estos meses antes de las presidenciales de noviembre, en las que Trump buscará la reelección, el tema migratorio se prevé como uno de los aspectos claves de su campaña, al igual que lo fue en la de 2016, cuando prometió ese muro que evitaría la llegada de migrantes y el tráfico de drogas, y que, además, sería pagado por México, cosa que no ha conseguido. Pero su famosa promesa electoral ha ido provocando demandas en los tribunales y trabas presupuestarias en el Congreso, donde los demócratas han hecho todo lo posible por impedir una obra que quedaría como legado de Trump.
Por eso ha maniobrado para desviar fondos destinados a infraestructuras y a la lucha contra el narcotráfico, como los 7.200 millones del Pentágono que quiere usar para financiar la construcción de la valla a lo largo de unas 497 millas (800 kilómetros). Porque hace ya meses que Trump asumió públicamente que su plan de levantar una pared de "cemento", lo que él, como empresario inmobiliario "mejor sabía hacer", no iba a ser posible.n

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