La orden judicial prohíbe que la Administración utilice estos fondos para hacer muros o barreras en la frontera sur del país. Esto supone un duro golpe para Trump, cuya Administración se ha comprometido a construir al menos 720 kilómetros de muro antes de que finalice noviembre de 2020, fecha en la que se celebrarán las elecciones presidenciales.
El magnate neoyorquino ha defendido que el muro detendrá el paso de los migrantes procedentes de México y Centroamérica, una cuestión que ha sido la piedra angular de su Presidencia.
En este sentido, el presidente ha reiterado en varias ocasiones que el muro es necesario para acabar con la droga y delincuencia que entra en el país a través de la frontera.
En febrero y después de una larga batalla política y un cierre de Gobierno, el Congreso aprobó 1.380 millones de dólares para la construcción de "cercas peatonales básicas" a lo largo de la frontera en el sureste de Texas, mucho menos de que lo que quería Trump.
Para obtener el resto del dinero, Trump declaró el estado de emergencia y su Administración señaló que planeaba desviar 601 millones de dólares del Departamento del Tesoro, 2.500 para los programas antinarcóticos del Departamento de Defensa y 3.600 para proyectos de infraestructuras militares.
Ante esta situación, la Cámara de Representantes junto a una decena de estados, han pedido que se bloquee la transferencia de fondos para evitar así la construcción del muro.
El secretario de Seguridad Nacional interino, Chad Wolf, indicó durante una rueda de prensa a mediados de noviembre que por el momento se han de construir unos 133 kilómetros de muro bajo la Administración Trump y que otros 246 kilómetros están siendo construidos.
"El presidente ha sido claro", ha manifestado Wolf, que ha aseverado que "construirán el muro". "Está cumpliendo su promesa", ha añadido.
