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Joe Biden, ante el reto de curar las heridas de Estados Unidos

Un artista indio da los últimos retoques a un cuadro del presidente electo de EEUU, Joe Biden.
photo_camera Un artista indio da los últimos retoques a un cuadro del presidente electo de EEUU, Joe Biden.
El demócrata se pone al frente de un país devastado por el trumpismo y más polarizado que nunca

Joe Biden se pone hoy al frente de un país distinto al que dejó en 2017, cuando cesó como vicepresidente. El huracán Donald Trump casi lo ha barrido todo, hasta el punto de sacudir los cimientos de la democracia el 6 de enero con un inédito asalto al Capitolio en pleno proceso de certificación de los resultados de las elecciones de noviembre. Biden no ocultó que uno de sus grandes retos será el de unir a un país más polarizado que nunca, para lo cual se presenta como una figura de consenso que no suscita especiales críticas en unas filas republicanas que parecen cada vez más hartas de los excesos de un Trump al que, tras consentirle durante años, ya nadie controla en Washington.

Tras el experimento que supuso el magnate neoyorquino en la historia política norteamericana, los estadounidenses votaron de forma abrumadora a favor de nuevo de un candidato del "establishment". Más de 81 millones de personas respaldaron a Biden, que se presentaba con el aval de más de tres décadas como senador y ocho años al lado del aún popular Barack Obama. Proyecta una imagen de estabilidad que, en lo político, no rompe moldes, hasta el punto de que la vertiente más progresista del Partido Demócrata le ha afeado en varias ocasiones su falta de compromiso con políticas de izquierdas. Tampoco convencía a sus compañeros en un principio volver a la fórmula de hombre, blanco, mayor que parecían haber dejado atrás con Obama y Hillary Clinton.

Los destrozos de trump

Sus principales bazas a nivel discursivo han sido los mensajes a favor de revertir los destrozos que haya podido causar Trump, desde una mayor ambición en materia de cambio climático a una revisión de la política migratoria, pasando por una mayor presencia de mujeres en su gabinete.

El mismo día de su investidura, tiene previsto promulgar una serie de medidas con las que marcar distancias con su antecesor, desde la incorporación de Estados Unidos a los Acuerdos de París contra el cambio climático a la rescisión del veto migratorio a ciudadanos de países de mayoría musulmana. También firmará la prórroga para la devolución de préstamos a universitarios, la ampliación de la moratoria contra los desahucios, y el uso obligatorio de mascarillas en instalaciones federales y viajes interestatales, entre otras muchas más medidas.

La veteranía política de Biden jugó a su favor, pero también en contra, durante esta larga carrera hacia la Casa Blanca como fueron las acusaciones de abusos sexuales o las dudas agitadas por Trump sobre las actividades de su hijo Hunter en el extranjero. Sin embargo, para Biden todo cambió el 3 de noviembre con su abrumadora victoria frente a Trump, que éste nunca reconoció e incluso atribuyó a un "fraude". Ningún tribunal dio pábulo a las teorías conspiratorias del mandatario saliente, que el 6 de enero traspasó las líneas rojas y encara ya su segundo juicio político.

Ese día, un Trump crecido por las miles de personas que se movilizaron en Washington a su favor, alentó a sus seguidores a marchar hacia el Capitolio. Horas después, cientos de simpatizantes asaltaron el Capitolio, en un ataque que se saldó con cinco fallecidos. Biden se puso antes de tiempo los galones de presidente y salió para hablar públicamente sin tapujos de "insurrección" e implorar a Trump que también él se pronunciase para condenar lo ocurrido. 

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