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Irán promete venganza tras el asesinato de Mohsen Fajrizadeh

Un grupo de jóvenes quema una bandera de Estados Unidos frente a la sede del Ministerio de Exteriores.
photo_camera Un grupo de jóvenes quema una bandera de Estados Unidos frente a la sede del Ministerio de Exteriores.
Acusa directamente a Israel en un momento complicado con el cambio de poder en la Casa Blanca

 Irán prometió ayer vengar el asesinato del científico nuclear Mohsen Fajrizadeh, del que acusó a "mercenarios" israelíes a las ordenes de Washington, lo que exacerba la tensión cuando se avecina el cambio en la Casa Blanca.

En pocas semanas acaba el mandato de la administración de Donald Trump, que ha aplicado una política de "máxima presión" contra Irán, pero cualquier acción desestabilizadora puede dificultar los eventuales esfuerzos del presidente electo, Joe Biden, de lograr una distensión con el régimen de los ayatolás.Las autoridades iraníes son conscientes de que hay mucho en juego. Sin embargo, como es habitual, no han escatimado amenazas contra los supuestos responsables del ataque contra Fajrizadeh, considerado por Occidente e Israel como el líder del antiguo programa secreto para desarrollar las armas nucleares de Irán.

El líder supremo iraní, Alí Jameneí, ordenó en un mensaje a las autoridades competentes "la investigación de este crimen y el castigo definitivo" de sus autores materiales e intelectuales, a los que calificó de "mercenarios criminales y crueles". Por el momento, no se ha informado de arrestos ni de la muerte de alguno de los autores de la emboscada, perpetrada cerca de Teherán por hombres armados que dispararon contra el vehículo del científico.

DURA VENGANZA

El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salamí, advirtió de que los autores del asesinato del actualmente jefe de la organización de investigación e innovación del ministerio de Defensa recibirán una "dura venganza".
"Esos crímenes no socavarán la determinación de los iraníes de continuar este glorioso y poderoso camino. Una seria revancha y el castigo de los autores ya está en nuestra agenda", apostilló. 
También el presidente, Hasan Rohaní, aseguró que su país responderá al asesinato del científico y que lo hará "en el momento apropiado y de la forma adecuada". Con astucia, "sin caer en la trampa de los sionistas", arguyó. "Una vez más, las manos malvadas de la arrogancia mundial (EEUU) con el mercenario régimen sionista usurpador (Israel) se tiñeron con la sangre de un gran hijo de esta nación", lamentó Rohaní en un discurso televisado.
Este crimen recuerda a los otros asesinatos de científicos vinculados con el programa nuclear iraní ocurridos entre 2010 y 2012, de los que Teherán responsabilizó al servicio secreto exterior israelí Mosad. 
"Ellos están pensando en crear caos y disturbios, pero nos hemos enterado de sus planes de antemano y no podrán alcanzar sus malvadas metas", comentó en su discurso Rohaní. Según el presidente, "este brutal asesinato" demuestra que tanto EEUU como Israel están nerviosos ante la pronta salida de Trump de la Casa Blanca y la llegada de Biden, más proclive a regresar al acuerdo nuclear con Irán.
La Administración de Trump tiene intención de imponer más sanciones a Irán y recientemente se reveló que el presidente saliente consultó con sus asesores la posibilidad de efectuar un ataque militar contra instalaciones nucleares iraníes. Todo con el objetivo de dificultar la vuelta de Biden a la diplomacia y al acuerdo nuclear.
Aunque la lógica empuja a Irán a la prudencia, las presiones internas de los sectores conservadores también suponen una amenaza tanto para el pacto nuclear como para la situación regional. El Parlamento iraní tiene previsto pedir mañana el fin de las inspecciones nucleares del OIEA, mientras que miembros de la fuerza paramilitar Basij exigieron ayer al Gobierno que no negocie con EEUU, en una protesta ante la sede del Ministerio de Exteriores.n

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