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Competencia y pesca: claves en la futura relación tras el Brexit

Dos personas sostiene la bandera del Reino Unido y de la Unión Europea en Londres.
photo_camera Dos personas sostiene la bandera del Reino Unido y de la Unión Europea en Londres.
La UE y Reino Unido siguen atascados en las negociaciones aunque buscan alcanzar un pacto pronto

nnn La Unión Europea y el Reino Unido siguen enfrascados en la negociación de su relación tras el Brexit, un diálogo en el que los avances para cerrar un acuerdo no llegan, aunque buscan alcanzar un pacto en las próximas semanas. Las posturas están especialmente alejadas en los ámbitos de la competencia justa, la pesca y la gobernanza del futuro convenio, cuestiones determinantes para el éxito de las conversaciones.
La UE exige que el futuro acuerdo incluya garantías para asegurar una competencia abierta y justa entre las empresas británicas y comunitarias, de modo que las compañías del Reino Unido no se vean beneficiadas con ventajas de las que no pueden disfrutar las firmas de los Veintisiete. Esas ventajas podrían traducirse, por ejemplo, en un mayor acceso a ayudas de Estado. Para evitar ese escenario de desigualdad, Bruselas quiere que el Gobierno británico se comprometa a que sus regulaciones en áreas como las ayudas estatales, los estándares sociales, laborales, medioambientales y climáticos o la fiscalidad no diverjan excesivamente de las comunitarias cuando el Reino Unido tenga acceso al mercado europeo como país tercero.
La UE teme que una relajación de las reglas británicas en esas áreas pueda conllevar distorsiones en el mercado único. El Gobierno británico, por contra, cree que esta cesión comprometería su soberanía, pues tendría que aplicar normas similares a las del club comunitario a pesar de haberse convertido en un país tercero. "La UE está preocupada por que Reino Unido empiece a dar subsidios a sus propias empresas para avanzar en términos de política industrial, y eso significa que tendrán una ventaja competitiva injusta a ojos de la UE", declaró la subdirectora del centro de estudios Bruegel, Maria Demertzis.

LA GOBERNANZA
Con el objetivo de evitar ventajas injustas, la Unión Europea presiona a Londres "para que acepte las mismas leyes que tiene la UE", insistió, y añadió que una falta de acuerdo en este campo "podría ser muy dañina". El mantenimiento de estándares y regulaciones similares entre Londres y Bruselas debería mantenerse a lo largo de los años.
Por otro lado, aunque la gobernanza del nuevo acuerdo ha sido fundamental durante toda la negociación, cobró protagonismo las últimas semanas, tras la propuesta legislativa británica que viola partes del acuerdo de retirada, relacionados con la frontera irlandesa. Ese proyectodañó la confianza de los negociadores comunitarios en el Reino Unido, e incluir en el nuevo acuerdo mecanismos para resolver disputas de manera eficaz es imprescindible para Bruselas.
La subdirectora de Bruegel afirmó que los tribunales británicos deberán estar involucrados en la gobernanza, y apostó por establecer paneles de arbitraje con jueces comunitarios y británicos. 

La UE "no tendrá el mismo acceso a las aguas británicas que antes" 

La pesca es otra de las grandes cuestiones en las que la Unión Europea y el Reino Unido siguen lejos del consenso, pese a su importancia en países como Francia o España. El club comunitario defiende mantener una situación lo más similar posible a la actual, en la que los pescadores europeos tienen acceso a las aguas británicas con las cuotas pactadas.
Sin embargo, Londres apuesta por negociar anualmente las cuotas con los países del bloque, un arreglo similar al que se acordó con Noruega y que la UEconsidera  inviable por la gran cantidad de especies en las aguas británicas, a diferencia del convenio suscrito con Oslo. Desde el ECIPE, David Henig opinó que "no es realista" pensar que los Veintisiete mantendrán el mismo acceso a las aguas británicas que tenían antes del Brexit.
El analista Pieter Cleppe, de la organización Property Rights Alliance, consideró que en la pesca el Reino Unido tiene una posición de superioridad porque algunos Estados miembros necesitan las capturas en aguas británicas y podrían sufrir "un daño horrible" sin acuerdo. "Pero, por otra parte, el Reino Unido está interesado en un acuerdo porque no son capaces de vender todo el pescado que se captura en sus aguas", completó.
La subdirectora de Bruegel, señaló que la pesca es un instrumento con el que Bruselas intenta "forzar" a Londres a aceptar las garantías que aseguran una competencia justa. "Es la forma de presionar al Reino Unido, que haga algunas concesiones en la igualdad de condiciones y después la UE hará concesiones". n 

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