Sotelo del PP, tres veces alcalde, contra la izquierda dividida en varias listas y Mariano Abalo alejado por vez primera en 40 años de la cabecera electoral
Decía esta semana Alfonso Rueda, presidente del PPdeG y de la Xunta, que Cangas era un ayuntamiento tan pujante como complicado y todavía más si eres militante del PP. Tiene alguna razón, aunque no del todo: la izquierda más radical se ha hecho fuerte desde hace años, con el independentista Mariano Abalo, más cerca del estalinismo que del leninismo, como representante más visible, pero también es verdad que el Partido Popular ha gobernado doce años en tres períodos de Enrique Sotelo, que una vez más vuelve a intentarlo, tras haber estado al frente del Concello y en la oposición en varias ocasiones. Esta vez se enfrenta a cuatro listas de la izquierda con otras tantas mujeres como candidatas, del PSOE, BNG, Esquerda Unida y la agrupación vecinal que lidera Victoria Portas, alcaldesa. Todo está abierto y es bastante probable que el PP sea una vez más la lista que reciba mayor número de papeletas, otra cosa es que pueda gobernar. Rueda añadió que José Enrique Sotelo es médico a tiempo completo y que si vuelve a ser alcalde lo sería a tiempo parcial, e insistió en la dificultad de tener el liderazgo de los populares en Cangas, y más de forma tan permanente: van casi 30 años donde Sotelo ha tenido un papel relevante en uno u otro lado de la Corporación municipal. Su némesis, Abalo, va en un puesto retrasado en la candidatura de Victoria Portas, lo que en teoría supone su jubilación después de 40 años en el ayuntamiento, siempre protagonista, desde los lejanos días de Lois Pena, el alcalde socialista que con una mayoría más que absoluta se vio obligado a dimitir al no poder ni pisar Cangas. La “movida” de Cangas está en el origen de todo lo que vendría después, y la inestabilidad permanente, que en este mandato se ha coronado: el alcalde Xosé Manuel Pazos, fallecía en 2021 a los 63 años. Portas fue elegida como sustituta para lo que quedaba del mandato con bronca constante con sus aliados e incluso dentro de su propia formación, con Mariano Abalo pilotando la nave. El laberinto de Cangas, otra vez en forma. Todo puede pasar.
