nnn Vilaboa tiene desde ayer nuevo alcalde. El socialista César Poza recogió su acta de concejal, ocupando el lugar dejado por el anterior regidor, y, minutos después, asumía el bastón de mando por mayoría simple, al contar solo con los votos de su grupo. La sesión plenaria celebrada en la Casa da Cultura de Riomaior se desarrolló sin grandes sobresaltos, contando con la presencia de numerosos vecinos que quisieron asistir a esta sesión que se celebra poco más de un año después de la que votó al dimitido Francisco Costa . La postura de los tres grupos que integran la corporación municipal no cogieron desprevenidos a nadie, ya que habían sido hecha pública con antelación.
Los nacionalistas, que desde las pasadas elecciones municipales formaban equipo con el PSOE para gobernar el municipio, se abstuvieron para "facilitar" la elección de Poza, tal y como ya habían anunciado en un comunicado tras la asamblea local celebrada por los nacionalistas para decidir su postura.
Por su parte, los cuatro concejales del PP votaron en contra de la elección de Poza al considerar "que no quedó claro el proceso que llevó a la dimisión del anterior alcalde". Pese a todo, quedaron abiertos a colaborar y negociar aquellos proyectos que sean necesarios para el municipio. Como era de esperar, los ediles del PSOE apoyaron la candidatura que fue presentada esta semana y que permitía salir de la crisis creada por la dimisión de Costa.
Las primeras palabras de César Poza como alcalde fueron un llamamiento a la negociación con todos los grupos de la corporación, y en especial con el BNG, que hasta hace poco eran socios de gobierno, asegurando que la ruptura por parte de los nacionalistas fue una decisión que "lamento profundamente, añadiendo que aún así "la respetaba".
También hizo un llamamiento en su intervención al trabajo porque "es necesario afrontar con entereza y capacidad resolutiva la actual crisis generada por la pandemia". El ya regidor de no quiso terminar sin dedicarle unas palabras a sus antecesores "porque ellos entienden mejor que nadie que un alcalde es un vecino más y que su nombre y sus intereses individuales deben quedar siempre detrás del cargo".
El nuevo alcalde, César Poza, rodeado de sus concejales y de integrantes de la agrupación socialista.
Una crisis que estuvo precedida por otras dos dimisiones
La crisis municipal que vivió el Ayuntamiento de Vilaboa y que ayer puso un punto y final con la elección del nuevo alcalde, comenzó con la dimisión del anterior regidor, el también socialista Francisco Costa. En un comunicado enviado a los medios, explicaba que después de "meditar" mucho este paso y tras la dura experiencia de los meses de confinamiento y motivos personales relacionados con la enfermedad de un miembro de su familia, dimitía del cargo. La noticia caía como una bomba en el municipio donde, al parecer, nadie estaba informado de la situación. El BNG, con quien el PSOE mantenía un compromiso de gobierno desde las pasadas elecciones municipales, era el primero en reaccionar criticando no haber sido informados "con antelación". La dimisión del ya exalcalde es la tercera dentro del grupo socialista de Vilaboa desde el inicio del mandato. Una de estas dimisiones permitió que la exconselleira de pesca, Carmen Gallego, entrase a formar parte de la corporación.
