No es una tarde cualquiera en Os Rosais II. No hay grandes focos, pero sí luz. Entre el frío de la tarde, los coches van llegando y los protagonistas buscan y encuentran el pabellón del centro educativo, donde tendrá lugar una nueva actividad del programa +Deporte Atlántico, esta vez dedicada al hockey sala y de nuevo de la mano del Atlántico Hockey Club, el sostén de la tradición viguesa de este deporte. Medio centenar de jugadores de todas las edades comparten un ambiente deportivo y familiar, de confidencias y esfuerzo. Cambiando la hierba de la primavera y el verano por la sala del otoño y del invierno.
Porque lo fundamental de la jornada es dar a conocer el hockey y hacerlo a través de la convivencia, uno de los grandes valores que potencia. Una tarde más que agradable en que equipos que a diario entrenan en horarios diferentes coinciden para compartir diversión. Y con un peso cada vez mayor de los niños y niñas, de los jóvenes. El Atlántico lidera a las nuevas generaciones que descubren una práctica deportiva diferente, con gran tradición y, cada vez más, con un gran futuro.
Con alegría pero con seriedad. Primero, para organizar una fotografía de grupo que inmortalice para la posteridad aquella tarde en el que los dos Atlánticos, el periódico y el club, se dieron la mano una vez más. Una instantánea en la que se reconocerán en el futuro los más jóvenes, ojalá visualizando los primeros años de una afición que ha durado toda la vida.
Tras la fotografía de rigor, la división de todos los presentes en varios equipos para ir midiendo fuerzas. El hockey sala, la modalidad invernal del hierba, tiene sus propias reglas. De hecho, prohíbe el golpeo para cambiarlo por el arrastre y aumenta la velocidad de cada acción y la exigencia técnica. Todos acatan la normativa pese a que muchos reconocen que echan de menos el golpeo y las elevaciones, propias de la versión sobre hierba.
A lo largo de hora y media, los equipos se fueron dando relevo, bajo el sistema de que se queda en pista el que gane. Minutos y minutos de compartir un entrenamiento diferente para que todos los componentes del Atlético se sientan parte de una familia. Los de más edad aconsejan a los jóvenes y a la inversa, porque tener más edad no siempre es sinónimo de poseer más experiencia.
Los goles se hacen de rogar mientras los equipos se van ajustando. Mixtos, claro está, pues la presencia femenina es más que importante en las filas del Atlántico. El hockey permite que compartan pista jugadores de muy diferente exigencia física, sobre todo en sala, que premia la técnica por encima del mero despliegue físico. Todo para que +Deporte Atlántico cumpla una vez más con su función del fomento del deporte. En una floreada tarde en Os Rosais.
Álex: "Estamos intentando animar a los más jóvenes"
Álex comenzó a jugar por una cuestión “familiar. Mi tío me animó y aquí llevo toda la vida”. Y ahora es una pieza más del Atlántico: “Estamos intentado animar a la gente, sobre todo a los más jóvenes. Hacemos partidos, pachangas…”. Entre sala y hierba, “prefiero hierba. En sala hay que tener un físico muy importante. Hierba es más divertido, puedes levantar la bola, el campo es más grande, juega más gente…”.
India Rosales:“Este deporte te va enganchando cada vez más”
A India el hockey le enamoró hace poco. “Empecé el año pasado porque mi madre conoció a Gaizka -presidente del club- y él vino a hablar conmigo. Lo probé y me encantó. Empecé a jugar partidos y es un deporte que, a medida que vas entrenando, te vas enganchando cada vez más”, narra.
Y en la dicotomía entre hierba y sala, “prefiero hierba porque es donde empecé. Sala me gusta pero es mucho más técnico y muchísimo más rápido. Quizás es más divertido de ver, pero en hierba me encanta”.
Marcos Martínez: “Prefiero jugar en hierba, me gusta golpear”
Pese a su edad, Marcos ya lleva seis años practicando hockey en el Atlántico. “Empecé a jugar por mi padre. Él ya jugaba de joven y yo comencé a los 5 años”, relata. Y ya el mero hecho de que siga después de este tiempo es señal de que “me gusta bastante”.
También tiene muy claro el dilema propuesto. “Prefiero hierba porque el sala no se me da muy bien. Me gusta más golpear”, dijo.
Morena Iturralde: “Cada año se van sumando más niños, son todos bienvenidos”
La vestimenta delata a Morena: "Me encanta ser portera, lo soy desde los 14 años. Lo disfruto muchísimo". Argentina de nacimiento, “jugaba desde los 5 años y llevó aquí 3. Allá es un deporte súper importante, mucha gente lo juega”.
Jugar en hierba fue su primer amor, pero la sala empieza a llamarle. “La elección es dudosa. Sala me gustó mucho los partidos que jugué pero toda la vida lo hice en hierba”, dice.
Del Atlánico, alaba su futuro. “Hay varios aspectos a mejorar pero somos un club en crecimiento y hay que apostar por eso. Cada año se van sumando más y más niños. Todos serán bienvenidos”, asegura.
Mario López: “Me metió una compañera de trabajo y me enganchó el ambiente”
Mario sólo lleva año y medio en el hockey. “Me metió una compañera de trabajo, me gustó el ambiente que hay, muy sano, y me enganché”, relata. Su única preparación previa es que “hice hockey patines de pequeño, pero hierba nunca había hecho. El juego es muy divertido”.
Entre la hierba y la sala, se inclina por la primera: “En sala hace falta más dominio del stick. En hierba puedes tirar de físico pero aquí no te ayuda tanto”. Y en cuanto a la competición liguera, confianza que “sólo fui a un partido y no nos fue muy bien, la verdad. Pero fue contra los campeones de Liga del año pasado. Ahora tenemos otro partido y a ver si mejoramos”.
Sara Martínez: “Unos amigos me recomendaron venir, probé y me gustó”
Sara va camino de un lustro de relación con el hockey. “Unos amigos me recomendaron venir, lo probé y me gustó”, recuerda. “Empecé a finales de 2018. En 2020 no jugué por la pandemia, pero en el 2021 ya volví”, añade.
La joven jugadora resalta que “tenemos muy buen ambiente”. Y termina señalando que entre hierba y sala “prefiero jugar en hierba porque se puede golpear”.
