las islas tesoro para descubrir y conservar

Un Paraíso de playas y acantilados

La playa de Rodas, de arenas blancas y aguas cristalinas. A la derecha, el antiguo cementerio. Debajo, acceso a la playa de Figueiras o de “los alemanes”.
photo_camera La playa de Rodas, de arenas blancas y aguas cristalinas.

Todo vigués y toda persona que se acerque a Vigo debería visitar al menos una vez en su vida las Islas Cíes. Las “Islas de los Dioses”, como las llamaron los romanos, son una auténtico Paraíso natural de playas vírgenes y de salvajes acantilados contra los que bate el Océano Atlántico abierto que albergan una singular riqueza de especies y ecosistemas.

Esta situación, en la entrada de la Ría de Vigo, y por su carácter insular, ha permitido mantener a este archipiélago casi intacto y apenas modificado por la presencia humana, lo que le confiere un mayor halo de misterio y belleza salvaje. Sin embargo, y debido a la fragilidad de sus ecosistemas, es importante seguir trabajando en la educación y concienciación de la sociedad y perseverar en su conservación, aspectos en los que incide precisamente la Candidatura de Cíes Patrimonio Mundial Unesco.
De hecho, las visitas están limitadas. Esto nos permitirá conocer con mayor comodidad sus paisajes y admirar y aprender su flora y su fauna al mismo tiempo que evitamos su deterioro.
El archipiélago de Cíes está formado por tres islas: Monteagudo (Illa Norte), Faro (Illa do Medio) y San Martiño (Illa Sur). Las dos primeras están unidas por un largo arenal y son las únicas visitables en línea regular de barco en Semana Santa, temporada de verano y en invierno esporádicamente y cuando el tiempo lo permite, mientras que a la tercera solo se puede llegar en embarcación particular.
Son 8.480 hectáreas de superficie (7.285,2 marítimas y 1.194,8 terrestres) que ofrecen su cara más amable —la cara este— hacia la Ría de Vigo, mientras que la cara oeste, su zona más escarpada, mira hacia las aguas abiertas del océano.
Sus paisajes, ecosistemas marinos, acantilados, sistemas dunares y matorrales costeros atlánticos y submediterráneos constituyen sus principales atractivos.
De todos estos elementos, destaca para el visitante la belleza de sus playas. Hay nueve arenales, siendo el más famoso la Praia de Rodas, calificada por la prensa internacional especializada como “la playa más bonita del mundo”. No es para menos. Es una extensión de 1.300 metros de largo de fina arena procedente de playas y dunas fósiles formadas haces miles de años.
Este arenal, está genéticamente relacionado con el cordón dunar que lleva asociado y la laguna que esconden las dunas de Rodas, hábitat considerado de importancia comunitaria en virtud de la directiva Europea 92/43/CEE.
Rodas y la playa de Figueiras lucen cada verano la 'Bandera Azul', señal de su limpieza y de los servicios que pone en marcha el Concello en la temporada estival, como es la dotación de socorristas.

celtas, monjes y piratas
Cíes también está lleno de historia y de leyendas. El archipiélago fue poblado desde muy antiguo. De hecho, se han encontrado restos de presencia humana de 3.500 a.C. y un castro celta de la Edad de Bronce. El historiador romano Dion Casio, en su “Historia Romana”, relata el asedio al que Julio César sometió a los guerreros de la tribu de los Herminios que se habían refugiado en una de sus islas.
Ya en la Edad Media llegarían los monjes de distintas órdenes, que levantaría el convento de Santo Estevo (Illa do Faro), hoy convertido en Centro de Interpretación, y el convento de San Martiño. Los ataques de los piratas, entre ellos el temible Sir Francis Drake, llevarían al abandono de las islas, que volvieron a ser repobladas en el siglo XIX hasta la década de 1960. De esa época se conserva el único cementerio insular de Vigo, junto a la playa de Rodas. 

La 'Senda azul' que lleva a los faros

nnn Nada mejor que dejarse llevar por los senderos señalizados para descubrir los rincones más bellos que guardan estas islas.
La ruta “Entre Faros”, que consiguió el distintivo de “Senda Azul”, aprovecha el trazado de dos recorridos existentes: el de Faro de Cíes y el de Faro do Peito. 
En nuestro ascenso al faro de Cíes podemos acercanos hasta la curiosa Pedra da Campá, una piedra perforada por la fuerza de los vientos atlánticos cargados de salitre, mientras que en la isla Norte se encuenrtra el Alto do Príncipe con impresionantes vistas a los acantilados.
Las Cíes son además un Destino Starligth, ya que su poca contaminación lumínica permite contemplar el cielo lleno de estrellas.

servicios
El visitante puede alojarse en Cíes en temporada alta, ya que cuenta con camping y hay además tres restaurantes en las islas en los que disfrutar de la cocina marinera tradicional. n

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