Islas que cumplen los criterios Unesco

El alcalde y los miembros del Comité Científico, en la presentación de “Cíes: Un ecosistema en la frontera”.
photo_camera El alcalde y los miembros del Comité Científico, en la presentación de “Cíes: Un ecosistema en la frontera”.

El Concello de Vigo ha editado el libro “Islas Cíes: Un ecosistema en la frontera. Un legado para la humanidad”, en el que se recogen los trabajos realizados por los investigadores del Comité Científico de la candidatura, que coordina Emilio Fernández y Carlota Barañano.

Los estudios que engloba destacan las características más singulares del emblemático archipiélago vigués, un laboratorio excepcional para entender la evolución, la respuesta de los ecosistemas y la interacción de los seres humanos con el medio natural. Hay muy pocos lugares en el mundo que cuenten con esas características en el mismo espacio, por lo que  de este libro se puede extraer el cumplimiento de los criterios Unesco para ser declarado Patrimonio de la Humanidad.

El medio marino puede considerarse el valor más destacable de las islas, no solo por extensión y riqueza ecológica de hábitats y comunidades, sino por los fenómenos oceanográficos y procesos ecológicos que en él se dan y que ejercen una gran influencia tanto en el medio marino como en el terrestre, lo que le confieren al archipiélago características singulares para el desarrollo de la vida.

 

DELFINES Y TIBURONES

La productividad de estas aguas da cabida a grandes predadores, como mamíferos marinos y peces que se adentran en las aguas de la plataforma gallega y forman poblaciones residentes o las usan como ruta de paso, algunas con poblaciones en declive en todo el mundo, como son el Rorcual común (Balenoptera physalus), cuya población migrante frente a nuestras costas continúa la ruta hacia Escocia; el delfín mullar (Tursiops truncatus); o el cachalote (Physeter macrocephalus), que también pasa durante su ruta migratoria. También se ha descrito la presencia estacional de grandes elasmobranquios como el tiburón peregrino (Cetorhinus maximus), hasta la fecha, el pez de mayor envergadura del mundo después del tiburón ballena. La presencia frecuente de agregaciones de tiburón azul (Prionace glauca) en la costa de Galicia, objeto de una intensa pesquería a ambos lados del Atlántico, con registros puntuales en playas de las islas Cíes, sugieren que las aguas gallegas más superficiales son una zona de cría para esta especie. 

Un destacable ejemplo de la riqueza de recursos que ofrecen estas aguas es el hábitat de cría que conforman los acantilados de este archipiélago, que permite mantener una de las colonias de aves marinas más abundantes de Europa.

Así mismo, la colonización de nuevas zonas de cría de aves marinas que se han dado en las islas contribuyen a asegurar la persistencia y minimizar el riesgo de extinción de grupos considerados los más amenazados del mundo. Este proceso ha sido protagonizado recientemente por la pardela cenicienta (Calonectris diomedea), la cual colonizó Cíes en 2008 (Islas de Martiño y Monteagudo).

 

AISLAMIENTO Y EVOLUCIÓN

A pesar del claro carácter periurbano de este espacio natural, su relativo aislamiento debido a su condición de insularidad ha propiciado la adaptación de las especies, como la salamandra.

Destaca la excepcional transición del ovoviviparismo al viviparismo como única estrategia reproductiva en determinados anfibios del archipiélago, en un periodo de tiempo relativamente rápido para un proceso evolutivo originado durante el Holoceno (hace 8000–9000 años). Esto fue consecuencia de la historia geológica de las Cíes, tras su aislamiento después del aumento del nivel de las aguas en la última glaciación.

La singularidad evolutiva registrada en las poblaciones de anfibios, concretamente en la isla de San Martiño, ha llevado a proponer la consideración de las poblaciones del Parque Nacional Illas Atlánticas como una “Unidad Evolutiva Significativa”.

 

Área de belleza natural excepcional

Las Cíes son el resultado de millones de años de evolución de la Tierra.

El marco escénico de este archipiélago destaca por la belleza que ofrece el contraste de playas de arena blanca, bañadas por aguas cristalinas, enmarcadas tras una densa masa de vegetación arbórea, con la fuerza y carácter salvaje que invocan las paredes escarpadas de roquedo aflorante, cuya cubierta vegetal, enriquece el cromatismo de los acantilados con una alternancia de colores vivos y tonalidades grises; así como las notables formaciones rocosas de granito que, combinadas con diversos bosques, crean un paisaje de excepcional calidad escénica. 

Así mismo, el aislamiento de estas islas, y los escasos asentamientos, ofrecen unas cualidades idóneas para la observación astronómica. Este hecho las ha hecho merecedoras de la Certificación Turística Starlight, que reconoce la calidad de su cielo nocturno.

El patrimonio geológico del archipiélago de Cíes atestigua gran parte de su historia, pues es el producto y registro de marcados acontecimientos de la evolución de la Tierra desde la era Paleozoica.

Las rocas desnudas que forman su basamento y que afloran en su superficie nos hablan del periodo más antiguo de la historia de este sistema insular, que nos revelan su origen magmático, en procesos que tuvieron lugar hace millones de años.

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