Elecciones 12-J

El Parlamento de Galicia retoma la fórmula de las tres formaciones

Alberto Núñez Feijóo, en su comparecencia de ayer.
photo_camera Alberto Núñez Feijóo, en su comparecencia de ayer.
La debacle de las políticas "rupturistas" deja a PPdeG, PSdeG y BNG repartiéndose los 75 diputados de la Cámara 

n n n Lo sucedido el domingo devuelve a Galicia al escenario en el que únicamente eran tres los partidos con representación parlamentaria, PP, PSOE y el BNG, los "clásicos". En 1997 el electorado se rindió a Manuel Fraga, que cosechó una aplastante victoria, con 42 escaños, por los 18 de la época dorada de Xosé Manuel Beiras en el Bloque y los 15 de la coalición de izquierdas abanderada por el PSOE junto con Esquerda Unida y Os Verdes. En 2001, los socialistas volvieron a tener menos porcentaje que los nacionalistas, aunque igual número de asientos, con 17 cada uno por los 41 del PP.
En 2020, en unas inciertas elecciones en medio de la pandemia, Núñez Feijóo está todavía a tiempo de igualar los asientos que abrochó su antecesor, pues el PP se disputa con el PSOE un escaño, el asignado por ahora al PSOE, el número 15, pero que con el recuento del voto emigrante podría ir a parar finalmente al PP.
Sea como fuere, es algo que está por dilucidar y, de momento, los datos son los que son: el Partido Popular iguala su resultado de 2016 y 2012 y el PSdeG es el que tiene 15 parlamentarios, frente a los 14 de la pasada convocatoria. En 2009, cuando Alberto Núñez Feijóo ganó por vez primera, con 38 actas, solamente había tenido como rivales al PSdeG y al BNG.

luchas fraticidas
En 2012 irrumpió Alternativa Galega de Esquerda (AGE) con nueve escaños y pasó a haber cuatro grupos en el hemiciclo. En 2016, el lugar de AGE lo ocupó el partido instrumental En Marea, y, de nuevo, eran cuatro las formaciones.
En esta ocasión se ha quedado fuera el denominado "rupturismo gallego", que incluso ha competido entre sí, pues tras las fragmentación por las luchas internas ha acabado concurriendo el líder de Podemos en la Comunidad, Antón Gómez Reino, bajo la marca Galicia en Común-Anova Mareas, y Pancho Casal con Marea Galeguista.
No ha pescado en ese caladero el PSdeG de Gonzalo Caballero, que en el peor de los escenarios igualaría los 14 diputados de 2016 y en el mejor disfrutaría de 15. Con todo, no se ha situado como el segundo partido en la terna. Ha perdido peso. En Marea, que en 2016 disfrutó del liderazgo de la oposición, ha desaparecido a través del castigo dado en las urnas a sus dos divisiones.
El que ha resurgido, y sobremanera, es el BNG de Ana Pontón que, con 19 escaños, el mejor resultado alcanzado en su historia, está muy por detrás del PP pero bastante por delante del PSOE. El Bloque gobernó la Xunta con el PSOE entre 2005 y 2009, pero después se sumió en una profunda crisis en la que perdieron su presencia en el Congreso, que recuperaron el año pasado con Néstor Rego. La organización nacionalista encaró, como coloquialmente se dice, una larga travesía por el desierto desde que el frente se escindiese en 2012 y Xosé Manuel Beiras, uno de sus históricos, abandonase y empezase un camino que algún tiempo después se llamaría Anova y en el que, más pronto que tarde, empezó a coquetear con la formación morada que lidera Pablo Iglesias. Pontón se nutrió del hundimiento de esa hazaña, la cual busca reinventarse. Galicia en Común ha contado con el 3,93% de los apoyos y Marea Galeguista con un 0,22.

vox y ciudadanos
Vox, que no presentaba un cabeza de cartel para situarse al frente del Gobierno pero sí provinciales y aspiraba a meter la cabeza en el Pazo do Hórreo, quedó fuera, con un 2,03% del respaldo, y lo mismo le ha ocurrido a Ciudadanos, que apostó por la periodista Beatriz Pino y logró un 0,75%.
A diferencia de lo ocurrido en Euskadi, el PP de Feijóo, que resistió a la incertidumbre de la pandemia y a la abstención, de cuatro puntos con respecto a 2016, no quiso coaligarse con Cs. El PP no pudo festejar la noche como en la vieja normalidad. n

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