La gran demanda de los hosteleros para acogerse a la ayudas de la Xunta de Galicia destinadas a instalar cerramientos, adaptar espacios exteriores y adquirir materiales de empaquetado de comidas y bebidas para el servicio a domicilio que ayuden a garantizar la seguridad sanitaria contra la Covid ha llevado a la Xunta a incrementar la partida hasta los once millones de euros. “Fueron muchas las ayudas que a lo largo de este año habilitamos para apoyar al sector, pero una de las fundamentales es la que tiene que ver con la adecuación de los negocios para adaptarlos a las medidas de seguridad y sanitarias”, dijo ayer en Sanxenxo el vicepresidente primero de la Xunta, Alfonso Rueda.
Acompañado del delegado de la Xunta en Pontevedra, Luis López, Rueda visitó uno de los 30 establecimientos de Sanxenxo beneficiados de estas ayudas para poder desarrollar su actividad en tiempos de pandemia y restricciones, los cuales, todos juntos, recibieron 354.000 euros. El presupuesto inicial para estas ayudas, concedidas a través de la vicepresidencia segunda y Consellería de Economía, Empresa e Innovación, era de tres millones, pero ante la alta demanda por parte de los hosteleros, se aumentó dos veces: primero hasta a los siete millones y después hasta los once.
Esta línea de ayudas directas cubre hasta el 80 por ciento de la inversión realizada por los hosteleros y están dirigidas a autónomos y pymes de menos de 50 trabajadores, que pueden recibir entre 1.500 euros y 25.000. La inversión media de los establecimientos beneficiados hasta el momento por esta línea de ayudas es de 9.000 euros, y la ayuda media de más de 7.000 de euros.
Mientras, los hosteleros de Cantabria, Asturias, Euskadi y Galicia criticaron la "incertidumbre" que vive el sector ante el inminente fin del estado de alarma y pidieron al Gobierno de España y a las comunidades que establezcan de forma inmediata las condiciones para el desarrollo de su actividad.
"No puede ser que el día 9 se acabe el estado de alarma y que nuestros empresarios y trabajadores no sepan si vamos a poder abrir, ni quién va a poder abrir ni en qué condiciones va a poder abrir", dijo el presidente de Hostelería y Turismo de Asturias, José Luis Álvarez Almeida, tras la reunión que las asociaciones de las cuatro comunidades mantuvieron en Santander.
Galicia, un modelo
El presidente de la asociación de A Coruña, Héctor Cañete, recordó que en Galicia, una de las comunidades con una incidencia más baja, el interior de sus establecimientos está abierto, y valoró que, aunque después de un largo cierre, se están gestionando con eficacia las ayudas.
Ángel Cuevas, presidente de los hosteleros de Cantabria, reivindicó para su región el modelo de Galicia, donde se conceden ayudas a los hosteleros que tienen deudas con la administración, dándoles un plazo de quince días para pagarlas, mientras a los cántabros en la misma situación se le deniegan. También advirtió de que, con el fin del toque de queda y el cierre de los establecimientos a las 22,30 horas, va a haber en Cantabria "botellones al cubo".
Según el presidente de la asociación de Guipúzcoa, Kino Martínez Navarro, el País Vasco es la comunidad que está en peor situación y la única donde todos los establecimientos tienen que estar cerrados a las ocho de la tarde, una situación que tildó de "inaguantable".
