Galicia, Aragón, Asturias, las dos Castillas y La Rioja reclaman que en el reparto se tenga el cuenta el coste real de los servicios
Los presidentes de las comunidades más despobladas de España, el aragonés Javier Lambán, el gallego Alberto Núñez Feijóo, el asturiano Javier Fernández, el castellano-manchego Emiliano García-Page, el castellano-leonés Juan Vicente Herrera y el riojano José Ignacio Ceniceros han apelado este lunes al principio constitucional de igualdad entre los españoles para exigir que el nuevo modelo de financiación autonómica se apruebe en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera mediante el "consenso multilateral" y en ningún caso de forma bilateral.
En la Sala de la Corona del Edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón, firmaron un documento por el que actualizan el texto que ya rubricaron varias comunidades meses atrás en León y en el que reivindican el papel de estas comunidades, que ocupan el 52 por ciento del territorio nacional y en las que reside solo el 21 por ciento de los españoles. Rechazaron los nacionalismos periféricos y reivindicaron en todo momento la vigencia de la Constitución de 1978, resaltando la progresión de estos territorios en los últimos 40 años.
En su intervención, Alberto Núñez Feijóo lanzó "un mensaje de optimismo", resaltando que los seis presidentes representan a los dos partidos -PP y PSOE- que "han estado desde el principio de la democracia hasta ahora construyendo la España del bienestar". Expresó que tanto en España como en el exterior, "parece que los políticos más valientes son aquellos que defienden con más intransigencia sus ideas, plantean las cuestiones con más fiereza y contundencia", pero los seis reunidos ayer tienen "una opinión absolutamente distinta", puesto que creen que "la política multiplica su utilidad si se abren nuevos espacios al consenso".
"La política más valiente no es la que se acantona, es la que tiende puentes", continuó, antes de hacer notar que han alcanzado una posición común y que pretenden ser útiles a los ciudadanos.
El aragonés Javier Lambán consideró que la nueva financiación autonómica se debe definir atendiendo a las necesidades de gasto "reales" y, mientras tanto, teniendo en cuenta los costes fijos, condicionados por la orografía, la superficie, la dispersión poblacional, la natalidad y el envejecimiento, especialmente en lo relativo a la financiación de la sanidad, la educación y las políticas sociales.
El presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, resaltó que estas seis comunidades representan a 9,6 millones de españoles, defendiendo este "rabioso ejercicio de autonomismo constitucional", que "pretende ser útil para las personas, las familias, las empresas y los territorios" y quiere ser "cooperativo". Se trata de dejar atrás cualquier dinámica de enfrentamiento ideológico y de enfrentamiento de autonomías con el Gobierno", puntualizó Herrera.
Emiliano García-Page señaló que este foro tiene "vocación de permanencia" y opinó que su existencia significa que la Constitución "está viva y va a estar viva mucho tiempo, al margen de las posibilidades de mejora", manifestando que estos 40 años de camino constitucional pueden hacer sentir "orgulloso" al pueblo español, por el "enorme cambio operado".
principio compartido
Los seis presidentes reunidos comparten un principio "que España y la parte del territorio que representamos están por delante de los intereses de cada uno", lo que "se dice con relativa facilidad pero es complicado de gestionar día a día". También en que "una cosa son los intereses territoriales y otra los egoísmos", señaló García-Page.
José Ignacio Ceniceros comentó que la financiación autonómica es una de las prioridades de La Rioja, ya que de la misma proviene el 80 por ciento de sus ingresos, y defendió la igualdad de derechos de todos los españoles con independencia de dónde vivan.
Por último, el asturiano Javier Fernández señaló que las diferencias entre comunidades plantean una "exigencia de nivelación" en un asunto "controvertido, crucial y difícil en cualquier Estado complejo" como es la financiación autonómica, llamando la atención sobre los nacionalismos interiores, que presentan "un elemento de distorsión".
