GALICIA

El cierre de los paritorios se extiende por la España vaciada

Los manifestantes simulando un entierro en la entrada principal del centro sanitario verinense.
photo_camera Los manifestantes simulando un entierro en la entrada principal del centro sanitario verinense.
Hospitales  de zonas despobladas viven  con la amenaza de seguir los pasos de Verín 

 La semana más polémica que se recuerda en la sanidad ourensana merece un análisis sosegado. Los informes técnicos, las directrices de la Organización Mundial de la Salud y los estándares del Ministerio de Sanidad chocan con las pulsaciones del rural, donde los vecinos no quieren perder derechos adquiridos. El cierre del paritorio de Verín ha causado una oleada de protestas. Todos dicen entender el malestar, pero los colectivos de médicos cierran filas y señalan a la despoblación, que desaconseja mantener una unidad con 60 partos al año cuando, además, los embarazos de riesgo son derivados ya a la ciudad de por sí, como  así establecen los propios estándares sanitarios.

Por otra parte, lo que sucede en Verín va a ser “la tónica con otros dispositivos a partir de ahora”, dice José Luis Jiménez, presidente del Colegio de Médicos de Ourense, que llama a la asunción de problema, a la búsqueda de soluciones y a sacar esto del terreno político. 

UN PROBLEMA que se extiende
Ya está ocurriendo en el resto de España, la amenaza del cierre de paritorios recorre Burgos, afecta a Zamora, ha puesto en pie de guerra a gente de Canarias. En Burgos, la posibilidad del cierre de los paritorios de Aranda de Duero o Miranda de Ebro se ha puesto ya sobre la mesa y la dirección del hospital burgalés llegó a plantear la posibilidad, con fuerte oposición desde los comarcales. 

TEMOR EN Burgos
En Miranda de Ebro han llegado a la cifra de 228 partos y ahí es donde ha surgida la petición de centralizar partos, que no se ha materializado todavía "No permitiremos que ocurra", decían en Aranda. El cierre de los paritorios en las comarcas sobrevuela también la meseta castellana. En Medina del Campo, ya se han puesto en posición defensiva después de que se cerrasen los paritorios por obras, en temor a su no reapertura.

PARIR EN OTRA PROVINCIA
Donde algunos ven desmantelamiento de servicios en el rural con lógica, los profesionales dicen que es lo que hay y que no todo puede estar "en la puerta de casa". En Rincón de Ademuz (Valencia), las embarazadas tienen que ir a dar a luz a otra provincia (Teruel). Tardan casi una hora, viajando por una carretera tercermundista. 

Cierre en el norte de Tenerife
En Canarias ya hablan de centralizar toda la atención de cada isla en el hospital de referencia y el año pasado cerraba el único paritorio del norte de Tenerife por "baja demanda", llegando a 12 partos al mes.

PRUEBAS PILOTO EN CYL y los casos de Zamora y Teruel
En Castilla y León han empezado la experiencia piloto en la comarca de Aliste de concentrar los consultorios rurales. En la parte norte de Zamora, que hacía uso del paritorio de Verín para parir, tendrán que recorrer cerca de dos horas para llegara la capital, mientras que en el epicentro de la despoblación, Teruel, mantienen dos hospitales con paritorios, lo que cubre bien la provincia, pero que apenas sobrepasan los 400 partos anuales. 

PIRINEOS, AL BORDE DEL CIERRE
Más problemas se ciernen en los Pirineos, donde la escasez de profesionales pone en riesgo los partos. El hospital de Jaca ha tenido problemas en los últimos meses por la renuncia de ginecólogos y del único pediatra, por lo que las mujeres embarazadas de esta zona de alta montaña se han visto obligadas a ir a Huesca, por una carretera en obras de más de 70 kilómetros.   La falta de especialistas ha condenado en los últimos años a este hospital, abocado a la inestabilidad. En 2016,  se llegó a suspender durante cinco meses la atención. Este comarcal, parecido en número a Verín, atendió 92 partos en 2016 y 128 en 2017, aunque han asegurado su continuidad. 
Otra situación se da en las islas, como en Formentera (Baleares), que mantiene el paritorio con apenas 77 partos, o en Inca, donde mantienen un paritorio que durante años ha sufrido algunas situaciones "caóticas" por la falta de personal, con amenazas de cierre que nunca se han concretado. 

Las claves: los niveles, los riesgos y los puntos de vista

Las posiciones sobre el cierre del paritorio de Verín se han enconado. La Administración, acorralada por las protestas, apunta a lo que dicen los profesionales. ¿Pero qué es exactamente lo que estos dicen? 

LO QUE DICE EL MINISTERIO
"Parece prudente no dotar de maternidad hospitalaria a hospitales sin área poblaciones de una demanda superior a 600 partos/año, excepto por razones de tiempo de desplazamiento o accesibilidad", reza los estándares publicados por el Ministerio de Sanidad. También indica como "requisito imprescindible"  que funcione 24 horas los 365 días del año, un obstetra responsable y un responsable de matronas en cada turno. Este criterio parte de las guías de la Organización Mundial de la Saluld.

Los niveles
El conflicto surge a la hora de analizar los pormenores de los criterios que marca Sanidad. Los hospitales se dividen en cuatro niveles, según el volumen de partos que tienen al año. El nivel 1 para los de menos de 600 partos al año (el caso de Verín, 89 en 2018), el nivel 2 para los que tienen de 600 a 1.200, el nivel 3 para los que oscilan entre esta última cifra y los 2.400; quedando en un nivel 4 todos los que superan ese umbral.

La “seguridad"
Según Sanidad, existe una "correlación negativa" entre el número de partos y las cesáreas, que hace que estas aumenten proporcionalmente al descenso del número de alumbramientos, lo que supone una directriz a que se tienda a reducir los partos en los centros sanitarios más pequeños y avalaría la tan nombrada "seguridad". 
Hay cuatro niveles de hospitales, que se relacionan directamente con los niveles de riesgo de los embarazos. En nivel 1,  pueden parir las mujeres de embarazo sin riesgo, "un parto normal"; para los de nivel 2 se reservan los partos de bajo y alto riesgo, "el médico debe estar en un máximo de 30 minutos", y los hospitales de nivel 3 y 4 ya tienen que tener neonatólogo y anestesista 24 horas. 

Liferentes visiones
El conflicto surge cuando pediatras y ginecólogos, en su mayoría, defienden que ante la escasez de personal y el bajo número de alumbramiento no merece la pena mantener una unidad cuando cualquier embarazo con algún nivel de riesgo habría de ser desplazado a Ourense. Además, tal y como sostiene la Sociedad Gallega de Pediatría, el desplazamiento de una hora para mujeres sin riesgo, las qu las que ahora se ven obligadas a desplazarse a Ourense, "no es tiempo-dependiente". 
La otra cara de la moneda la tenemos, sin embargo, en el Colegio de Enfermería, que recuerda que, por el contrario, ahora se convertirá en riesgo –con un viaje de alrededor de una hora– precisamente a las que antes no lo tenían y esperaban un "parto normal". 

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