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Carracedo, tras la pista de la respuesta genética al COVID-19

Ángel Carracedo, en uno de los laboratorios de la USC.
photo_camera Ángel Carracedo, en uno de los laboratorios de la USC.
El catedrático coruñés de la USC lidera un estudio a nivel mundial sobre claves de la pandemia

 El catedrático Ángel Carracedo, de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), cree posible que existan diferencias genéticas individuales que expliquen la "diferente susceptibilidad" a la COVID-19, extremo que tratará de demostrar en una de las más grandes investigaciones de cuantas están en marcha para abordar la evolución de la pandemia. Dedica en la actualidad gran parte de su tiempo a un proyecto de alcance mundial que él lidera, que involucra a grupos de unos 40 hospitales y centros de investigación de alto nivel y que persigue desentrañar la existencia de determinantes genéticos y biomarcadores genómicos que predispongan a contraer este nuevo virus y a padecer una infección grave o incluso a un desenlace de muerte.
Este investigador, nacido en Santa Comba, en A Coruña, que dirige el grupo de Medicina Genómica de la USC y la Fundación Pública Gallega de Medicina Genómica del Servizo Galego de Saúde (Sergas), pone el foco en el dispar progreso de la enfermedad entre individuos y en las distintas comorbilidades, término referido a la presencia de uno o más trastornos o enfermedades, además, claro está, del SARS-CoV-2. "Hallarlas, -concreta Carracedo en una entrevista-, significaría poder estratificar el riesgo y encontrar nuevos mecanismos etiopatogénicos que podrían significar potenciales dianas para fármacos", tal y como resuelve este estudioso, que sostiene que para determinar estas diferencias genéticas son necesarios "estudios genómicos a gran escala, con un gran número de individuos".

Estado inmunológico
"Como en casi todos los caracteres que llamamos complejos -observa- seguramente influyen genes y ambiente", éste último entendido como la cepa del virus, la carga viral, el estado inmunológico del paciente, en suma. "En el desarrollo de la enfermedad obviamente el virus es lo importante, pero en comorbilidades, progresión de la enfermedad o respuestas distintas al tratamiento; los genes pueden tener un papel", explicita.
De ahí el interés de buscar biomarcadores genómicos de riesgo o protección en pacientes que hayan evolucionado de maneras desiguales, desde positivos asintomáticos a enfermos graves. La muestra poblacional con la que se moverán es de 8.000 pacientes con infección por SARS-CoV-2 y test microbiológico positivo; 7.000 españoles y mil de países latinoamericanos, con mayor mezcla genética.
Dar con los potenciales determinantes genéticos y genómicos de las malas evoluciones posibilitará una mejor estratificación de los pacientes y entender mejor la enfermedad.
Con este trasfondo, Carracedo coordina junto al director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras, profesor de Genética Clínica y doctor en el Hospital Universitario La Paz de Madrid, Pablo Lapunzina, un estudio que implicará a "un conjunto de 40 grupos clínicos" y de investigación de España y de varios países de América y Europa.
Financiado por el Instituto de Salud Carlos III, el consorcio internacional desarrollará un estudio de asociación de genoma completo (GWAS), en el que se analizarán unas 800.000 variaciones genéticas de cada individuo que haya sufrido COVID-19, de los que se recogerá una "extensa información clínica", con especial atención a las citadas comorbilidades que los individuos desarrollen, tales como problemas dermatológicos y tromboembolismos. También se secuenciará el genoma completo de 400 individuos con fenotipos "extremos", es decir, pacientes asintomáticos y pacientes graves o con problemas específicos.
Cierto es que el coronavirus ha afectado de diversas formas a distintos individuos, como lo es también que, aunque haya patrones comunes, se dan muchas diferencias en cuanto a sintomatología, con consecuencias más graves en personas mayores y en determinados grupos poblacionales. "Pudiera ser, si hay diferencias genéticas de riesgo individual, que las haya también poblacionales; pero creo que sería difícil de ver entre poblaciones europeas y por eso el estudio incluye también otras poblaciones de otros continentes".
Acerca de distinciones en la respuesta a tratamientos, Carracedo asegura que la genética vuelve a jugar un papel importante, por lo que también se incluye este aspecto en los objetivos del consorcio. "Otra parte del proyecto es la de la respuesta a los medicamentos. No solo son variantes en enzimas metabolizadoras, sino en proteínas transportadoras o en las propias dianas sobre las que actúa el fármaco", puntualiza.

Puesta en valor
El genetista, que aguarda puedan aportar datos esclarecedores más pronto que tarde, espera que la situación creada por esta pandemia global "ponga de nuevo en valor a la Medicina y al colectivo de médicos", del que dice sentirse "orgulloso". Y expresa un deseo: "Ojalá tengamos un día una especialidad en Genética Clínica, pues España es de los pocos países y el único entre los desarrollados que no la tiene".
Al igual que todo el ámbito de la investigación en general, Carracedo opina que los estudios en genética han resultado muy afectados por la pasada crisis económica y confía en que ahora "se ponga en valor la importancia de la Medicina y de la investigación biomédica" 

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