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Arranca la selectividad en Galicia con los nervios del primer momento y "absoluta normalidad"

"Normalidad absoluta". Las pruebas de selectividad han dado comienzo este miércoles en la comunidad gallega y los diversos centros y facultades abrieron sus puertas preparados para recibir a los miles de alumnos que acudieron a participar en las evaluaciones para acceder a los estudios superiores.



El clima ha estado marcado por los clásicos nervios del primer día, aunque la Comisión Interuniversitaria de Galicia, encargada de organizar esta jornada de exámenes, no ha registrado incidencias reseñables o de gravedad que empañen la normalidad de la mañana.

A las 9.00 horas, cada uno de los más de 11.000 jóvenes matriculados ha acudido al centro asignado para la celebración de la ABAU, y allí profesionales y docentes les han explicado el procedimiento, se les ha dado instrucciones y se han asegurado de los controles necesarios para salvaguardar la normalidad de los exámenes.

Según ha explicado a Europa Press Pedro Armas, de la CIUG, cuentan con cerca de "800 profesionales", entre vocales en las comisiones, encargados de vigilancia y correctores, que forman parte de una logística desplegada para "garantizar la seguridad" de las pruebas.

El procedimiento, a pesar de los nervios que predominan durante los primeros momentos, "viene rodado", ha asegurado, puesto que el equipo desplegado está compuesto por "personas que participan a menudo" en las distintas funciones del dispositivo.

Estos profesionales se reparten a lo largo de los 27 centros que acogen las pruebas hasta este viernes, repartidos por todo el territorio, y que cuentan con una experiencia acreditada a lo largo de los años para garantizar que todo salga bien.

EL DEBATE, "SECUNDARIO"

Los exámenes solo los ven dos personas, los encargados de reproducir las copias. Estas permanecen en una cámara hasta que se distribuyen a las distintas comisiones en furgones de una empresa de seguridad. Finalmente, las pruebas se desprecintan "con todas las garantías", tanto de seguridad como de transparencia, "y esto es lo que da tranquilidad", ha añadido Armas.

"Esto en Galicia funciona muy bien", ha asegurado, dado que se toman todos los pasos cuidadosamente para dar "garantías jurídicas" y "tranquilidad" a las familias. De este modo, ha quitado importancia al debate sobre la prueba única, la igualdad y las diferencias de dificultad entre comunidades autónomas, asegurando que este territorio tiene los deberes hechos.

"Nosotros tenemos un grupo de trabajo que está todo el año preparando los materiales, enviando materiales a los centros, que tienen muy claro como va a ser el examen en cuanto a estructura, proporción... Galicia es modélica en la selectividad desde hace años, funciona bien, por ello este tipo de debates a mí me parecen secundarios, cuando en realidad está funcionando el sistema".

Es por ello que, esgrimiendo sus 15 años de experiencia en este proceso, ha llamado a la tranquilidad durante las jornadas de examen, y ha asegurado que "no hay prácticamente riesgos" de realizar trampas tecnológicas.

A través de la colaboración con la Escola de Enxeñaría Industrial de la Universidade de Vigo, las aulas de examen cuentan con detectores de frecuencia para que los delegados de las instituciones académicas realicen escaneos aleatorios. Asimismo, no está permitido el acceso con teléfonos móviles, smartwatch o cualquier dispositivo electrónico de transmisión o recepción de información.

Los alumnos deben tener clara la seriedad de la prueba, dado que si un miembro del Tribunal detecta que no se respetan las instrucciones facilitadas, después de su correcta identificación se le instará a salir del aula y tendrá una calificación de `0`. Además, la comisión organizadora de las pruebas determinará las posibles sanciones que se le aplicarán, que pueden implicar la anulación total de la ABAU. 

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