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La A-8 sigue cerrada en Abadín tras el accidente del sábado

Bomberos, agentes y operarios de Fomento, en el lugar del accidente, a la altura de Abadín.
photo_camera Bomberos, agentes y operarios de Fomento, en el lugar del accidente, a la altura de Abadín.

Natalia López Arias, la enfermera ourensana fallecida en el siniestro, recibió sepultura en Monforte

n n n El accidente multiple ocurrido pasadas las nueve de la mañana del sábado en la autovía A-8, a la altura de la localidad lucense de Abadín, forzó el cierre a la circulación del tráfico en el tramo en donde ocurrió el siniestro, y, a pesar de los trabajos que han tenido lugar durante el fin de semana, el Ministerio de Fomento no dio luz verde a su reapertura, que podría demorarse en el tiempo. Mientras tanto, la circulación está cortada en ambos sentidos, ya que los servicios de mantenimiento de carreteras trabajaban para retirar los restos de las decenas de vehículos que colisionaron entre sí. 
En concreto, aunque las colisiones se sucedieron a lo largo de varios kilómetros, el inicio del suceso estuvo poco antes del kilómetro 549 sentido Lugo, en el término municipal de Abadín. Todo parece apuntar a que el suceso estuvo motivado por la escasa visibilidad de la zona, ya que el área estaba sumida en una espesa niebla. 
Precisamente, el alcalde de Mondoñedo, Orlando González, aseguró que los sistemas antiniebla de esta vía, a su paso por este municipio, "no son suficientes". De hecho, aseguró que los mindonienses que conocen este tramo de la A-8 no lo utilizan dada su peligrosidad por "el viento y la niebla".
Paralelamente, Natalia López Arias, la enfermera ourensana de 37 años que falleció en el accidente múltiple, recibió sepultura en la tarde de ayer en la parroquia de Piñeira, perteneciente al municipio de Monforte de Lemos, de donde era originaria su madre. En el funeral de Natalia, que pertenecía a la dotación de la ambulancia medicalizada de Foz (Lugo) se dieron cita numerosos compañeros, amigos y familiares, muchos de ellos llegados desde Ourense, puesto que el domicilio de la fallecida y de su marido, Luis Fernando Martínez Almeida, empleado de Viaqua en la ciudad de las Burgas, se encuentra en la Avenida de Celanova, en A Valenzá (Barbadás).
Además, los padres de la víctima, aunque oriundos de la provincia de Lugo, trabajan como funcionarios en Ourense. Natalia era madre, asimismo, de una niña de siete años. Se da la circunstancia de que la víctima viajaba para encontrarse con todos ellos en Vilagarcía, después de salir sobre las nueve de la mañana del sábado de la guardia en su puesto de trabajo. 
Según testigos presenciales del accidente, Natalia López prestaba ayuda a los primeros heridos en el siniestro cuando un nuevo choque en cadena propició su muerte, la única en un suceso en el que otras cuarenta personas resultaron heridas tras la colisión de más de medio centenar de automóviles. n 

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