acuerdo de gobierno

Sánchez e Iglesias pactan el Ejecutivo de coalición que repudiaron 196 días

Sánchez e Iglesias se abrazan tras firmar el preacuerdo
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Sánchez e Iglesias cierran en 24 horas el acuerdo para un gobierno de izquierdas que no lograron en cinco meses y  llevó a repetir elecciones. Ambos califican el proyecto de "ilusionante" para toda la legislatura. Sánchez acepta ahora el pacto con el que "no dormiría" ni él ni "el 95% de españoles" sin llamar al resto de líderes: PP y Cs votarán en contra.  Necesitará la abstención de independentistas para la investidura

 El pacto que ayer firmaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias puede que haya batido algún récord por firmarse dos días después de la cita con las urnas, y 196 días después de los comicios del 28 de abril, pero pasará a la historia por no haberse rubricado seis meses antes y sin una repetición electoral de por medio. El pasado domingo, el electorado los castigaba a ambos -760.000 apoyos menos para los socialistas y medio millón de votos menos para la formación morada- y hacía más complicadas las sumas para la investidura de Sánchez. Pero además, el mapa político cambiaba  por la derecha, con el desplome de Ciudadanos y, sobre todo, con el auge de Vox, ahora tercera fuerza política. 

A mediodía de ayer, en el Congreso, se fundieron en un abrazo el presidente en funciones como al líder de Podemos tras firmar y aseguraron que dejaban atrás sus desencuentros. Mucho van a tener que olvidar porque mucha ha sido la tensión y sonado el fracaso del diálogo que llevó a la repetición de las elecciones. Muchos sapos y culebras -sobre lo que han dicho uno del otro- se van a tener que tragar.
Pedro Sánchez nunca quiso un Gobierno de coalición. Y sólo cedió a negociarlo cuando Iglesias renunció a estar en el Consejo de Ministros. Pero tampoco entonces hubo acuerdo. Y cuando la repetición electoral era ya una realidad, el líder socialista soltó aquella reflexión difícil ahora de olvidar, la de que "no dormiría tranquilo" presidiendo un Gobierno con ministros de Podemos. Iglesias, por su parte, siempre insistió en que la coalición era la única vía de acuerdo, y no se cansó de decir que tenía que estar en el Gabinete porque no se fiaba de Sánchez. 

El pasado domingo por la noche, solo había fiesta de verdad en la sede de un partido político: Vox. Mientras, en Podemos, Pablo Iglesias lanzaba un mensaje claro a Sánchez: "Creo que se duerme peor con más de cincuenta diputados de extrema derecha que con Unidas Podemos en el Gobierno". Y el ganador de las elecciones, en la calle Ferraz, saludaba a la militancia con mucha menos euforia que en abril aunque prometiendo que "esta vez" habría, "sí o sí", un Gobierno progresista. Es posible que en ese momento, Pedro Sánchez ya tuviera claro que tocaba ceder y dejar a Podemos entrar en el Gobierno, o incluso ya lo había asumido antes, porque en campaña prometió que 48 horas después de las elecciones pondría sobre la mesa una propuesta.
Pues bien, ayer la propuesta es un preacuerdo de Gobierno firmado que ya cuenta con el apoyo de 155 escaños (los de PSOE y Unidas Podemos y sus confluencias). Ahora Sánchez e Iglesias tienen que buscar los votos que faltarían para la investidura. Y todo pasa por lo que puedan hacer tanto ERC como Ciudadanos, porque unas y otras cábalas hacen decisiva la abstención o el voto favorable de una u otra formación. El pacto da aire a sus firmantes. Se lo da a Sánchez, porque le permitirá seguir en La Moncloa si al final salen las cuentas. Y se lo da a Iglesias, porque pese a la pérdida de votos salva su liderazgo. 

Sánchez piensa "no en una investidura, sí en una legislatura"

"La cohesión, la lealtad, la solidaridad gubernamental y la voluntad de aprovechar los perfiles más idóneos" para el desempeño de las distintas responsabilidades de Gobierno presidirán este acuerdo según subrayó ayer Sánchez. Dijo que el pacto nace con el propósito de abrirse a otras fuerzas políticas para hacer viable una mayoría estable que permita "no sólo una investidura, también una legislatura". 
A partir de ahora el PSOE abrirá una ronda con el resto de los grupos para conseguir esa mayoría parlamentaria según ha dicho Sánchez, quien ha insistido en que este Gobierno será "rotundamente progresista".

Iglesias aboga por dejar atrás cualquier tipo de "reproches"

Pablo Iglesias destacado que el pacto propiciará un Ejecutivo que "combine la experiencia" del Partido Socialista con la "valentía" de Unidas Podemos. También ha avanzado que Unidas Podemos comenzará a dialogar con otros partidos para que cuaje la investidura. Ese nuevo Gobierno  tendrá como prioridades afrontar la crisis territorial y la justicia social, dijo Iglesias, como "la mejor vacuna contra la extrema derecha".
Tras agradecer a Sánchez su "generosidad", el líder de Unidas Podemos ha destacado que "es tiempo de dejar atrás cualquier reproche" para "trabajar codo con codo en esta tarea histórica".

El líder de Podemos será vicepresidente a pesar de haber sido "el escollo" en julio

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, será vicepresidente del Gobierno de coalición que conformarán PSOE y Unidas Podemos, a pesar de que el propio Sánchez le vetara en julio recalcando era el único escollo para el acuerdo. La estructura completa de ese Ejecutivo se concretará una vez tenga lugar la sesión de investidura en el Parlamento, si bien ambos líderes han avanzado este martes en una comparecencia conjunta que comenzarán a trabajar en estas semanas para cerrar acuerdos programáticos y un organigrama de Gobierno, que se elaborará atendiendo a qué perfiles son los adecuados para cada cargo.
Este preacuerdo llega dos días después de las elecciones generales, comicios en los que tanto el PSOE como Unidas Podemos perdieron escaños con respecto a los que obtuvieron en los comicios de abril.

Medidas del preacuerdo

Además de la propuesta de crear una empresa pública de energía, los de Iglesias insistieron durante la campaña en que si llegaban al Gobierno derogarían la reforma laboral, intervendrían el mercado de la vivienda de alquiler, fijarían la subida de las pensiones al IPC por ley, implantarían la jornada laboral de 34 horas semanales, crearían una banca pública o pondrían coto a las casas de apuestas, entre otras. Está por ver cuántas de estas pueden llegar a cumplir desde los ministerios que logren fruto de la negociación.
En cuanto a esas carteras que los morados ostentarán, hasta el momento sólo se sabe que el propio Iglesias tendrá una vicepresidencia. Pero atendiendo al documento que desde Unidas Podemos enviaron al PSOE para desbloquear la negociación en agosto, uno de los que aspiran a llevar es el de Trabajo. 

El "mal" sueño del presidente en funciones

El 18 de julio pasado, antes de su investidura fallida, Sánchez señalaba que la presencia de Iglesias en el Ejecutivo era el "principal escollo" para alcanzar un acuerdo sobre la coalición con Podemos y lo justificaba en las "divergencias" con Iglesias en cuestiones como la crisis catalana. En una entrevista en La Sexta, Sánchez alegaba que necesita un vicepresidente que "defienda la democracia" y que diga que España es un Estado de Derecho, que tiene un poder judicial independiente y que no se persigue ni se encarcela a nadie por sus ideas.

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