El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, protagonizó un viaje relámpago a Barcelona, para visitar la Jefatura Superior de Policía de Cataluña y a policías heridos por los disturbios que se encuentran hospitalizados, y evitó verse con el president, Quim Torra. Casi por sorpresa, en una visita anunciada esta misma mañana, Sánchez ha llegado sobre las 11,00 horas a la sede de la Jefatura Superior de Policía, en la Via Laietana de Barcelona, epicentro la semana pasada de las violentas protestas convocadas por los CDR contra la sentencia del procés. Acompañado del ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, y de la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, Sánchezmantuvo un encuentro con mandos y agentes policiales, a quienes dedicó palabras de ánimo.
"En estos momentos es muy importante garantizar la moderación que representan las fuerzas y cuerpos de seguridad, para asegurar esa convivencia que ahora mismo está puesta en cuestión", afirmó, y advirtió de que "la crisis no ha acabado" y de que "ellos probablemente quieran persistir, cronificar esta crisis. Nosotros somos mucho más persistentes".
Al término del encuentro, Sánchez se ha dirigido a los hospitales donde se encuentran los agentes heridos en los disturbios ocurridos en los últimos días. A su salida tanto del Sagrat Cor como de Sant Pau, decenas de personas que se habían ido concentrando en los accesos a ambos hospitales abuchearon al presidente en funciones y lanzaron gritos gritos a favor de la libertad de los políticos presos.
"En estos momentos es muy importante garantizar la moderación que representan las fuerzas y cuerpos de seguridad, para asegurar esa convivencia que ahora mismo está puesta en cuestión", afirmó, y advirtió de que "la crisis no ha acabado" y de que "ellos probablemente quieran persistir, cronificar esta crisis. Nosotros somos mucho más persistentes".
Al término del encuentro, Sánchez se ha dirigido a los hospitales donde se encuentran los agentes heridos en los disturbios ocurridos en los últimos días. A su salida tanto del Sagrat Cor como de Sant Pau, decenas de personas que se habían ido concentrando en los accesos a ambos hospitales abuchearon al presidente en funciones y lanzaron gritos gritos a favor de la libertad de los políticos presos.
