España

La bronca, protagonista de la sesión constitutiva del nuevo Parlamento

La socialista Batet, nueva presidenta del Congreso, consintió a los independentistas asumir el cargo sin acatar la Constitución. Junqueras a Sánchez: "Tenemos que hablar".

La trifulca y la bronca se apropiaron del Congreso nada más empezar la legislatura debido a las diversas fórmulas que para acatar la Constitución emplearon los diputados catalanes de formaciones independentistas, en especial los cuatro en prisión preventiva al proclamarse "presos políticos", lo que provocó una sonora reacción de los grupos de la derecha. El estreno de la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, no pudo ser más conflictivo, pues durante el procedimiento de acatamiento con el que los diputados electos se convierten en diputados a todos los efectos no cesaron los abucheos, los golpes en las mesas, los gritos y los encontronazos, como el que protagonizaron el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y la propia Batet.
El episodio retrató la tensión que se fue mascando durante el primer pleno del Congreso. Se preveía que la presencia de los cuatro diputados catalanes en prisión, Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull, marcara el estreno de la legislatura, y la realidad cumplió el pronóstico.
Quedó desdibujada la elección de Batet como presidenta del Congreso tras una primera votación en la que no concitó la mayoría absoluta que reclama el reglamento del Congreso. Se quedó a una papeleta. Los 175 votos logrados sí bastaron en la segunda, que requiere mayoría simple. Los apoyos del PSOE, de Unidas Podemos, del PNV, CC, Compromís y PRC lo hicieron posible. Al también parlamentario del PSC Manuel Cruz, en cambio, amparado por la mayoría absoluta de los socialistas en el Senado, le bastó una sola votación.
La presidenta del Congreso pudo hacerse una idea del clima que le espera en el hemiciclo. Para empezar, tendrá que lidiar con el conflicto que se le avecina en la primera Mesa que convoque, ya que el principal asunto a tratar será decidir si los derechos de los cuatro diputados en prisión quedan suspendidos o no. La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, aseguró que con el reglamento del Congreso en la mano los parlamentarios no pueden ejercer sus funciones.
A la espera de la decisión, y del previsible informe que al respecto hagan los letrados de la Cámara si así lo pide la presidenta, PP, Cs y Vox siguen aumentando la presión y ayer mismo registraron los escritos con los que solicitan la suspensión inmediata de las funciones de Junqueras, Sànchez, Rull y Turull. Igual para el senador Raül Romeva.
Las diatribas de estos tres partidos contra los diputados independentistas se recrudecieron a raíz del trámite de acatamiento, ya que los cuatro recurrieron a fórmulas que les exasperaron. Junqueras se proclamó "preso político" y los tres restantes, de JxCat, aludieron a la "lealtad al mandato democrático del 1 de octubre y al pueblo de Cataluña". Así que cada vez que un diputado de un partido independentista se levantaba del escaño y hablaba del referéndum del 1 de octubre, o de la libertad o de la república, los 24 parlamentarios de Vox golpeaban las mesas y los del PP y Cs gritaban.

proclamas
Las proclamas del "por España" que usó el partido de Santiago Abascal y las apelaciones a los derechos sociales, a la justicia social, a los valores republicanos o hasta "al planeta" quedaron solapadas. El día comenzó con roces al colocarse el líder de Vox en el escaño que habitualmente corresponde al portavoz del grupo socialista, justo detrás del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.
En la sesión constituyente, al no tener los diputados escaños asignados, estos se sientan donde pueden. Vox se instaló en la bancada socialista, y allí, resistiendo, estuvo toda la mañana el socialista José Zaragoza, situado entre Abascal y Espinosa de los Monteros.
La Mesa de Edad, presidida por un médico jubilado de 73 años, nacido en Burgos, diputado socialista, de nombre Agustín Zamarrón, dirigió el pleno durante las votaciones de los puestos de la Mesa, que ya está configurada y será, como se esperaba, de mayoría progresista. Entre tanta tensión, las maneras de Zamarrón al frente del pleno, entre el rigor y el humor, quedan ya como un contrapunto de la crispación de después.

Manuel Cruz defiende que todos los proyectos "merecen ser escuchados"

La sesión constitutiva del Senado deparó sorpresas, la primera en la Mesa, pues el PSOE arrebató el puesto que en principio iba a ser del PP y recuperó la mayoría absoluta en este órgano. Las miradas en la Cámara Alta se dirigieron a Raúl Romeva, quien prometió el cargo como "preso político" arropado por los doce senadores de ERC.
El nuevo presidente del Senado, Manuel Cruz (PSOE), apeló al diálogo entre los partidos políticos en la XIII legislatura y defendió  la legitimidad de "todas las ideas y los proyectos políticos" en democracia, que "merecen ser escuchados". En sus primeras palabras a los senadores nada más constituirse la Cámara Alta, el nuevo presidente añadió que el Senado debe ser parte de la solución "a la situación territorial de España" y sus problemas. 
"El país es diverso y plural y ello no significa que tenga que ser problemático y disfuncional territorialmente. Necesitamos un Senado que fomente los debates en los que más nos jugamos nuestras certezas, miedos, anhelos, como país y como ciudadanos", añadió. Y llamó a todos los grupos al diálogo.
Cruz apostó por una reforma del Reglamento de la Cámara y de la Constitución que transformen el Senado en ese lugar de "diálogo entre administraciones" y de impulso de la "cohesión territorial". En este punto pidió a los partidos "confianza, complicidad y buena voluntad" para que el Senado sea "parte de la solución a los desafíos" del modelo territorial. "Seamos conscientes del momento que inauguramos aquí y ahora", dijo. n

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