Debacle sanitaria y económica por el coronavirus

El coronavirus destruye 900.000 empleos

Un residente de la Residencia de la tercera edad de Domus VI en Vigo es trasladado al hospital por su estado de gravedad
photo_camera Un residente de la Residencia de la tercera edad de Domus VI en Vigo es trasladado al hospital por su estado de gravedad
Tras tres semanas negras de la crisis, España bate otro récord de fallecidos con 950 en un solo día y registra los peores datos de empleo de su historia. España tiene ya un 20% de los muertos por el  virus en el mundo y Galicia totaliza 138.  La crisis destruye 834.000 empleos en marzo, más los 620.000 de los ERTE aún  no computados. "Lo peor está por llegar", apuntan los empresarios ya que faltan los despidos temporales

Más de 10.000 personas han muerto ya por coronavirus en España, lo que representa el 20 % del total en el mundo, después de que este jueves se haya vuelto a superar el máximo diario con 950 fallecimientos, según los datos del Ministerio de Sanidad, que insiste en que el foco ya no está en el pico de contagios, que se siguen ralentizando al 7 % con 8.000 nuevos casos, sino en las ucis, con unas 6.000 personas ingresadas.

Esas muertes se inscriben en una tendencia sostenida, como se ha visto en Italia - donde hoy ha habido casi 200 decesos menos que en España-, y con distintos ritmos según las comunidades autónomas y el desarrollo y evolución de la epidemia en cada una de ellas, siempre teniendo en cuenta que el fallecimiento de un paciente con esta enfermedad se produce en la mayoría de los casos tras un periplo hospitalario de hasta tres y cuatro semanas.

Los 950 muertos de hoy pesan como una losa sobre unos datos estadísticos puestos cada día en cuarentena, no solo en España, e impiden a las autoridades sanitarias que se centre toda la atención en la evolución de la pandemia, también en buena medida porque se repiten los conceptos y se extreman las cautelas a la hora de hacer cualquier previsión de tendencia.

“Aún quedan semanas duras”, ha dicho en su comparecencia en el Congreso el ministro de Sanidad, Salvador Illa, al dar por finalizada la “fase de estabilización” de la epidemia y dar paso a lo que que ha denominado “fase de ralentización” de los contagios, que han superado ya los 110.000.

CUIDADOS INTENSIVOS

En esa misma línea ha abundado el director del centro de alertas y emergencias, Fernando Simón, en aislamiento domiciliario tras dar positivo en el virus, que ha señalado que el pico ya ha pasado y que ahora, en plena meseta de altura, el foco de atención está en los hospitales y, en particular, en las unidades de cuidados intensivos, en riesgo de colapsar en las próximas dos semanas por el proceso que sigue esta enfermedad.

Los datos sobre las UCI difundidos hoy señalan que hay 6.092 pacientes ingresados, 220 más que ayer, lo que supone un incremento a la baja del 3,7 por ciento, si bien hay grandes diferencias por comunidades que, según ha reconocido Sanidad, hacen sus notificaciones con disparidad de criterios, ya que unas ofrecen la radiografía del día anterior y otras las cifras acumuladas, lo que dificulta cualquier proyección y su correspondiente análisis.

En cualquier caso, las comunidades están ampliando sus camas de UCI en otras dependencias de sus propios hospitales como quirófanos y zonas de reanimación y en algunas de las nuevas estructuras como el hospital de campaña de Ifema en Madrid, que ya cuenta con 16 unidades.

La Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) ha informado de que dispone de 2.200 camas de UCI aún sin utilizar, aunque no en las comunidades más colapsadas, como Cataluña y Madrid.

RESPIRADORES

El problema de las ucis es básicamente la disponibilidad de respiradores invasivos de precisión, una de las claves para el tratamiento intensivo, cuya compra es muy complicada en el mercado internacional, de ahí que la producción en España sea objetivo prioritario de Sanidad, como ha señalado este jueves Illa, que ha anunciado que próximamente se espera que se puedan fabricar 400 diarios.

Una de estas empresas es el fabricante de material sanitario Hersill, con sede en Móstoles (Madrid), que tiene previsto producir desde mañana hasta cien unidades diarias con un contrato formalizado de 5.000 para su entrega en las próximas semanas.

La otra compañía es la automovilística Seat, ubicada en Martorell (Barcelona), que hoy mismo ha recibido la autorización para retomar la fabricación de 300 respiradores al día, tras suspender ayer las tareas a la espera de que la Agencia Española del Medicamento homologue los aparatos.

TEST RÁPIDOS

Junto a los respiradores, las mascarillas y los equipos de protección (EPI), los test son otro de los elementos fundamentales para afrontar la crisis sanitaria y motivo de controversia, sobre todo después de que el Gobierno adquiriera una partida defectuosa a un fabricante chino.

El lunes pasado llegaron a España un millón de test rápidos, también de China, que hoy el ministro Illa ha confirmado que son menos fiables que las denominadas PCR en la fase inicial de la infección (en torno al 60 por ciento), si bien aumenta de forma significativa cuando se cumplen siete días del contagio.

Estos test se van a destinar a acciones de cribado rápido en hospitales y residencias de mayores, según ha dicho el ministro de Sanidad, que al tiempo ha avanzado que en pocos días se va a multiplicar el número de PCR diarias, si fructifican las gestiones para homologar la producción de otras tres nuevas empresas españolas y en cuanto empiecen a operar cuatro nuevos robots, que permitirán aumentar en 10.000 la capacidad diaria de las pruebas.

MEDIDAS

Los test considerados muy importantes para controlar la epidemia, que ya han superado 26.000 personas, seguirán siéndolo después de que los contagios caigan en picado y se pueda comenzar a planificar la salida del confinamiento, de forma “escalada” para minimizar los riesgos, según apuntan todos los expertos.

Sin querer entrar abiertamente en este futuro escenario, ni adelantar siquiera un planteamiento genérico, Salvador Illa ha apuntado en su comparecencia parlamentaria que el Gobierno ya estudia cómo hacer frente a una eventualidad que aún se ve muy lejana.

En la decimonovena jornada del estado de alerta, marcada por la destrucción histórica de casi 834.000 empleos en marzo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que contactará en los próximos días con los líderes políticos para informarles de las últimas medidas económicas adoptadas y hacer frente así a las críticas de la oposición, que le reprocha no haber sido consultada.

Sánchez les informará de los últimos decretos con medidas extraordinarias para paliar la crisis del COVID-19 que fueron aprobados por el Consejo de ministros y que serán convalidados por el pleno del Congreso, posiblemente la semana que viene.

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