VERANO

Una ciudad difícil que sorprende al turista

María Lorenzo, en el comienzo de una de las visitas este verano en el punto de partida habitual, “O Nadador” de Francisco Leiro, en Cánovas del Castillo.
photo_camera María Lorenzo, en el comienzo de una de las visitas este verano en el punto de partida habitual, “O Nadador” de Francisco Leiro, en Cánovas del Castillo.

Estos meses una visita guiada recorre diariamente el centro vigues, una cita donde cada vez es mayor  presencia local

nnn “Vigo es una ciudad difícil, que no atrae fácilmente como Santiago o Pontevedra que se venden solas, pero una vez que se conoce sorprende por su apasionante historia”. Con este punto de partida, María Lorenzo y sus compañeros abordan cada día las visitas guiadas por el Casco Vello y el ensanche vigués. 
Una propuesta para conocer la ciudad que ya cumple tres años descubriendo Vigo para visitantes y lugareños. En los meses fuertes de este verano (julio y agosto), donde la oferta es diaria, sobre 600 usuarios descubrieron los secretos vigueses con confidente.
La visita consiste en un recorrido a pie por las zonas más importantes del barrio histórico, como la Concatedral de Santa María, la antigua muralla romana, las calles de las ostras y la de los cestos o el pazo más antiguo de la ciudad. El recorrido se completa con la zona de la arquitectura burguesa, pasando por la calle Policarpo Sanz para bajar dando un paseo hasta la Alameda de vuelta al punto de partida.
Lo que más sorprende al visitante es la arquitectura modernista. Tal y como señala Lorenzo, es el entorno de la Porta do Sol el que más admiración despierta: “El edificio Simeón o el hotel Moderno les encanta, y aprenden a ver la escultura de ‘O Sereo’ con otros ojos”. Otras zonas de atractivo ya clásico entre los visitantes es las del corazón del Casco Vello, encabezado por la Praza da Constitución y la Rúa dos Cesteiros.
Entre el arte urbana más valorada está el conjunto escultórico de José Morales: “Todos los turistas quieren fotografiarse con el escritor porque también es un mirador sobre la Ría con A Guía de fondo”, apunta Lorenzo. 
Sin embargo, para los guías turísticos en la ciudad lo más destacable es el incremento de los lugareños en estos recorridos: “Es una muestra de que los vigueses comienzan a interesarse por su historia”, afirman. Entre los episodios que más llaman la atención a los locales son las anécdota relacionadas con las estancias en la ciudad del rey Alfonso XIII y los orígenes de la factoría de Citroën: “Sorprende mucho cuando se enteran de que los primeros modelos de Dos Caballos se ensamblaron en Montero Ríos”, indica María Lorenzo.
Los visitantes agradecen poder conocer el interior de  los edificios. “En estos momento contamos con la colaboración del Centro de Interpretación Illas Atlánticas, la Concatedral y el teatro García Barbón, siempre que sea compatible con su programación”. De todos ellos, Lorenzo asegura que la que más exitosa resulta son las naves de Santa María: “A los de fuera les parece un edificio elegante pese a su sencillez”.

recorrido por la ciudad
Un recorrido por las calles de la ciudad permite conocer ejemplos arquitectónicos desde el siglo XV, con la Casa de Ceta o Arines, pasando por el palacete urbano de estilo renacentista plateresco del siglo XVI, el Pazos Figueroa, que unido al anterior conforman actualmente la sede del Instituto Camôes. Otra edificación señorial, este vez barroca, es la Casa de Diego Arias Taboada, una de las paradas obligadas, donde se encuentra ubicada la pinacoteca municipal Francisco Fernández del Riego.
Pero el movimiento artístico con mayor representación en la ciudad es el modernismo, que en Vigo convive con el eclecticismo. De esta época destaca por su reutilización el antiguo Concello (Casa da Cultura Galega) o la vieja cárcel (Marco), ambos de Ortíz y Sánchez;  y el antiguo rectorado en el Areal, de Manuel de Uceda. El eclecticismo va unido en Vigo al nombre de Pacewicz con las Casas Oya o el Moderno; y a Jenaro de la Fuente, con el edificio Botín. Más modernista fue Gómez Román con Mülder o el Simeón. Aunque en su versión más academicista el arquitecto más aplaudido es Antonio Palacios con el teatro García Barbón.
Y así, la ruta ofrece más de veinte ejemplos considerados joyas de la arquitectura contemporánea gallega.n

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