Rubén de Marina. Director del documental “Tony's Club: Una vida nocturna”

Rubén de Marina: “A través de la historia del Tony's se entiende el cambio social de Vigo”

Rubén de Marina visitó Atlántico para hablar de su documental.
photo_camera Rubén de Marina visitó Atlántico para hablar de su documental.

Rubén de Marina (Vigo,1976) ha estado en constante contacto con la cultura viguesa. Esto indudablemente le llevó a conocer el Tony's Club, un pub de referencia desde los años 60 hasta su cierre por culpa de la pandemia. También escritor, se encuentra actualmente dando forma a su próxima novela, “La piel tersa”, tras las buenas críticas cosechadas por “Amor y ruinas”. Tras los tres pases de "Tony's Club:Una vida nocturna", estará en la cartelera de Multicines Norte desde hoy y hasta el próximo jueves. 

¿Cómo nace la idea de plasmar la historia del Tony's?

Siempre tuve esto un poco en la cabeza, pero no sabía cómo planteárselo a los hermanos, Charly y Lalo, sin que se sintiesen incómodos. Tengo una amistad con ellos muy bonita y con el equipo y la productora me dieron el visto bueno y fue todo muy fácil. Antes de la pandemia, en 2019, los convencí para que contasen su vida y su historia, como si fuese el cuento de dos niños que crecieron en una ciudad en los años 60 y cómo llegaron al mundo de la noche, por separado. Era para mí algo obligatorio, contar la historia de Vigo a través de su noche, porque siempre fue una ciudad portuaria y nocturna, de gente que llegaba y se iba, donde siempre hay un ambiente fiestero decadente, pero también divertido. Ellos son muy fanáticos del cine y de la literatura y lo vieron con buenos ojos. 

¿Qué buscaba transmitir con el documental?

A través de la historia del Tony's se pueden entender los cambios sociales ocurridos en Vigo. Desde que se escondían huelgistas, empresarios con amantes o amigos que acudían a jugar al mus, fiestas privadas donde todo lo que había estaba prohibido…Allí se podía apreciar todo. El cambio musical o el boom de las drogas en los ochenta también fue un síntoma del cambio, que todo ocurría en ese sótano, pero la realidad, como decía Charly, estaba arriba. Entre semana era un lugar de tertulia, y llegado el fin de semana se convirtió en un club de fiesta, con música que levantaba a las masas. 

Entonces, ¿Su evolución va ligada a la de Vigo?

Se notaban los cambios. Por ejemplo, a mediados de los años 2000 los erasmus llenaron su local. Le mandaban postales cuando volvían a sus países. En el documental salen montones de ellas, desde cualquier sitio: Rumanía, Suecia, Estados Unidos...se quedaban cautivados por ese garito que lo regentaba un señor que siempre los recibía alegremente. Charly y Lalo tenían una particualidad muy buena: te saludaban con calma, si querías tomarte una copa con prisas ese no era tu lugar. Y eso creo que ha desaparecido, las tertulias nocturnas con tranquilidad mientras tomas una copa, porque en el Tony's podías hacer previas a la noche muy interesantes. 

 ¿Cómo pierde protagonismo hasta desaparecer?

Charly tuvo un pequeño problema de salud y Lalo ya se había retirado. Tras la enfermedad hizo una pequeña reforma y reabrió, pero a los seis meses explotó la pandemia. Adecuar el pub a las restricciones que había hizo que no tuviese sentido seguir adelante. Charly lo pasó muy mal cuando tuvo que cerrar, pero ya tenía 76 años y era el momento de retirarse y que viviese su vida. 

 Tuvo su apogeo en los años ochenta, con la conocida movida viguesa.

En el Mundial 82, en donde Vigo fue sede, los italianos no salían de allí. Además acabaron ganando. Luego en los noventa había unas tertulias alucinantes, que luego comprobabas como la gente iba cambiando a tu alrededor, desde los intelectuales a los que buscaban una noche de fiesta y beber. Además todo el mundo llevaba allí a la gente, se hizo como un pequeño espacio de culto, aunque en directo no eras consciente. 

¿Cómo fue trabajar y grabar con Charly y Lalo?

Fue maravilloso. La anécdota es que grabamos de noche y fueron cinco días muy buenos. Se sintieron cómodos y fueron entendiendo muy bien lo que buscaban.Les fui llevando desde la infancia aquel Vigo hasta el final cuando entregan las llaves. Todo con la ayuda de mi ayudante, Martín Rodríguez, que hizo un trabajo excelente.

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