Javier Royo Espallargas (Zaragoza, 1972), más conocido como Javirroyo, es diseñador gráfico e ilustrador, además de ser nombrado embajador de la Unesco de Positively Men. Acaba de sacar un libro “Dibujo, luego pienso” que presentó en Atlántico TV.
Define este libro como un gimnasio para la mente. ¿Cómo funciona?
La idea de esta publicación surge en un taller de creatividad. Tuve la buena o mala idea de decirle a mi editora que podía pasarlo a un libro. Al tener el taller hecho, pensaba que iba a ser más fácil, pero aquí hay que explicarlo todo.
Es una auténtica locura, entre textos, viñetas y dibujos.
Es una invitación a la gente para que vuelva a dibujar. Todos lo hacíamos con 10 años, pero lo fueron dejando y solo quedamos los más frikis, los que hacemos cómic o estamos en el mundo del arte. Con el dibujo se puede recuperar una forma de lenguaje, si con cuatro trazos se pueden comunicar ideas ya se ha ganado mucho. Es como cuando hacíamos un mapa en una servilleta para indicar una dirección.
Pero no siempre se sabe qué dibujar, ¿qué se hace ante el pánico por hoja en blanco?
Yo sentí ese pánico, pero ya hace tiempo. Es como cualquier oficio, se entrena y siempre aparece una puerta abierta para entrar. Creemos que no hay nada para la hoja, pero en realidad es que hay muchas cosas, un universo. El truco está en tener esa primera frase, luego va todo seguido. Una página en blanco es entablar conversación con un desconocido en un ascensor o en la mesa de una boda. El secreto es entrar en esa página con un plano.
En su libro propone ejercicios para fortalecer la creatividad como buscar figuras en las manchas.
El reto de las manchas es como mirar las nubes y conectar con formas. Son ideas que ya se tienen y que las manchas ayudan a estimular. Todo sirve para salir de la rutina.
¿Lo considera una obra de autoayuda?
En la editorial o en alguna librería me dijeron que lo habían catalogado como libro de autoayuda. Me encanta, ese género vende mucho. Sí es un libro de ayuda porque con el dibujo mejora la expresión y con ello la vida. Yo propongo que el lector se pare y piense cuál es su rareza, lo más característico a lo que no prestaba atención y acabo abandonando, si lo recupera podría llegar a ser una profesión. Debemos preguntarnos cómo cuadrar con lo que se es bueno con lo que pueden pagar, con lo que necesita el mundo y con lo que más ganas.
El dibujo va ligado al humor o a la sátira ¿Existen límites?
Es un tema muy personal. No me gusta que me den lecciones sobre lo que hay que hacer o no, soy muy rebelde. Cada uno pone sus límites. Mi máxima es nunca te rías de arriba para abajo, al revés sí. El humor puede ser una herramienta para reflexionar, denunciar algo. Es muy complicado que la Inteligencia Artificial llegue a hacer humor. Es algo muy complejo, requiere empatía o contexto.
¿Qué es el dibujo para usted?
Es escribir, comunicar cosas, plasmar lo que pienso e y también me sirve para saber más de mí, poner en el papel es sacar lo que estaba dentro. Supone conectar con la gente.