Vigo lidera la recuperación lenta de la economía gallega pese a la inflación

Imagen de archivo de Stellantis Vigo.
photo_camera Stellantis Vigo tiene un nivel de producción muy alto pese a las paradas por los microchips.
Los indicadores laborales, la facturación y la creación empresarial mejoran aunque la falta de empleo cualificado y los costes frenan un crecimiento mayor

Vigo encabeza la recuperación de la economía de Galicia con una mejora de los indicadores económicos. No obstante, el crecimiento empresarial y de empleo podría ser mayor ya que se ve lastrado por dos factores: la falta de trabajadores altamente cualificados y los costes de materias primas y de la energía especialmente.

En el plano laboral, el mercado de trabajo vigués se anotó en el primer trimestre del año dos buenos datos tanto del paro como la ocupación. El desempleo bajó en 3.000 personas y se crearon 1.200 empleos, según revela la EPA. Relevante el caso local si tenemos en cuenta que tanto el conjunto de Galicia como de España destruyó puestos de trabajo y sumó parados con respecto al trimestre anterior. La otra forma de medir la evolución del mercado laboral también arroja luces con un descenso del número de parados registrados a las oficinas del SEPE. Al cierre de marzo había algo menos de 19.000 personas, la cifra más baja de los últimos años. Además, el número de afiliados a la Seguridad Social arroja 5.700 cotizantes más en toda la provincia, el núcleo duro en Vigo. La tasa de paro viguesa se sitúa en el 11%, la más baja de al menos las dos últimas décadas. 

Hasta aquí las luces porque también hay sombras: destrucción de empleo femenino (2.700 mujeres menos ocupadas), el crecimiento del colectivo de personas sin empleo anterior o del paro juvenil. Además, también habría que hablar de la contratación que si bien deja un aumento de los indefinidos y una reducción de la temporalidad por la reforma laboral, se redoblan los contratos fijos-discontinuos y aumenta la parcialidad. Es decir, menos horas trabajadas, una tónica que se sigue en toda España.

Vigo también se encuentra en mejor situación que la media nacional en cuanto a la creación empresarial. Sólo en el primer trimestre del año registró 171 sociedades mercantiles nuevas, lo que supone un aumento de un 31% con respecto al mismo periodo de 2022 y el triple que Galicia y España que se anotaron un aumento de un 10%. 

La producción industrial gallega, con buena parte de la actividad en la comarca viguesa, acumula una subida anual del 4,2% frente al 0,3% de media estatal. 

En la industria, mención especial requiere el sector metalúrgico que representa el 20% del PIB gallego. Sus empresas facturaron 14.500 millones de euros en 2022. Es un 15% por más que en 2021 y la patronal asegura que las ventas podrías haber crecido el doble. El motivo, la falta de empleo cualificado anteriormente citada que está provocando pérdida de competitividad y de contratos de trabajo. 

La venta de coches aún sigue por debajo de los niveles de la prepandemia, pero Vigo y la provincia registran mejores datos. Las matriculaciones aumentaron un 23% en el primer trimestre, por encima de la media gallega.

El mercado de la vivienda en la ciudad registró el año pasado récord de ventas de los últimos 10 años. La otra cara de la moneda la encontramos en el alquiler con una escasísima oferta de inmuebles para arrendar. 

La industria viguesa tiene la mayor carga de trabajo de la última década

La industria viguesa tiene la mayor carga de trabajo de la última década. Pero también tiene el menor nivel de empleo. “Las empresas están a tope de trabajo por la falta de personal”, indica la patronal gallega del sector metalúrgico. No hay más que ver la situación que está viviendo la compañía tractora, Stellantis con un altísimo nivel de actividad que no puede afrontar al cien por cien por las paradas de producción por la crisis de los microchips. 

La automoción viguesa batió récord de ventas el año pasado, según datos del clúster Ceaga, facturando más de 11.500 millones de euros entre el fabricante y la industria de componentes, si bien el empleo bajó 3.200 puestos de trabajo, 250 menos que en 2021, y supone la cifra más baja desde 2018. Desde que empezó la pandemia en 2020, la automoción perdió 1.780 trabajadores y la facturación aumentó un 10,5%. 

En el naval, más de lo mismo. Los astilleros tienen la mayor carga de trabajo de la última década y el sector (con las auxiliares) emplean hoy en toda Galicia a 7.900 personas, unas 6.000 menos que hace una década.

Son de los termómetros de la economía viguesa junto con la pesca, que retorna la senda del crecimiento en el Puerto de Vigo. Marzo supuso un cambio de tendencia y el Berbés aumentó las ventas de fresco un 1,1% y un 6,2% la de congelado. El tercer mes del año registró un aumento del 90% de los vehículos movidos en la terminal de Bouzas tras el estancamiento de los últimos meses por el colapso portuario a nivel europeo. Una vez más entra en juego la falta de trabajadores, estibadores y transportistas en este caso para los movimientos de coches.

Las ventas al exterior, aún tocadas por la automoción

Las exportaciones son el único indicador económico que muestra signos negativos para Vigo por la influencia de la automoción, aún golpeada por la crisis de los microchips y de otras materias primas. Las ventas al exterior de la provincia bajaron un 12,7% en febrero y un 9% en los dos primeros meses del año. El sector de la automoción es el que mayor influencia negatiga tuvo en las exportaciones de toda Galicia. 

El Puerto de Vigo cerró 2022 con caídas en tráfico, coches, pesca y contenedores, si bien los datos de tráfico de mercancía se anotaron mejoras al cierre del primer trimestre de este año.

Te puede interesar