El frenazo de la economía está provocando una nueva oleada de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), una fórmula a la que muchas empresas se acogen como una manera de blindarse ante el parón económico, la incertidumbre y los vaivenes de los mercados.
El caso de Vigo es especialmente particular dado el peso que tiene la industria, uno de los sectores que más está recurriendo a las regulaciones de empleo. En los nueve primeros meses del año la autoridad laboral de la provincia tramitó en la ciudad una veintena de EREs que afectan a cerca de 800 trabajadores, lo que supone un repunte de un 45,2% con respecto al mismo periodo del año pasado, cuando se vieron perjudicadas 548 personas.
En el conjunto de la provincia de Pontevedra se tramitaron 41, un 30% menos, pero el número de empleados afectados se incrementó un 24% hasta registrar un total de 1.274, de los que un 60% correspondieron a trabajadores de Vigo, según datos de la Consellería de Economía e Industria.
La opción a la que más recurren las empresas es la de los suspensiones temporales de empleos, como está haciendo en estos momentos muchas auxiliares del naval que se vieron arrastradas por la crisis de Barreras (en preconcurso de acreedores) y la paralización de sus contratos. Antes lo hicieron proveedores que trabajaron para Vulcano, donde sus 69 trabajadores se desvincularon del astillero (en liquidación) a través de un ERE de extinción de contratos.
En el caso de la automoción, PSA Vigo echó mano del expediente temporal que puso en marcha hace un año para capear posibles vaivenes en el mercado y bajadas de producción y que vence el próximo mes. Es un caso de ERE preventivo que se está extendiendo por Galicia, donde se repite el mismo patrón que en España con una oleada de trabajadores afectados: un crecimiento de casi un 90% en el caso de la comunidad con la industria y el comercio entre los sectores más afectados.n