La plataforma MAR-1 impulsada desde Imatia permitirá atender cualquier emergencia de forma automática
n n n Desde sus orígenes, el trabajo en el mar se caracterizó por su peligrosidad, pero la llegada de las nuevas tecnologías y proyectos como la plataforma MAR-1, desarrollados por la empresa viguesa Imatia, permiten aumentar la seguridad de los marineros en su trabajo y también la de los equipos de salvamento.
Fue precisamente un accidente en el mar, el hundimiento del barco ‘Paquito 2’ en Corrubedo hace ya más de cinco años, lo que animó a Luis Aceituno, coordinador de proyectos estratégicos en Imatia a lanzar la plataforma MAR-1. “Fue algo que viví muy de cerca, nadie se enteró de que el barco se había hundido, y la tecnología tiene que estar para ayudar ante estas emergencias, estamos hartos de escuchar que se nos hunden cerca de la costa y cuando vamos al rescate ya es tarde”, señala Aceituno.
Para evitar más casos como este, MAR-1 dispone de un amplio abanico de herramientas tecnológicas punteras que facilitan las labores de salvamento. Ante cualquier caso de emergencia, este sistema actúa de oficio y activa de forma automática todos los protocolos.
Para lograr esto, los tripulantes de los barcos llevan un reloj inteligente que es capaz de detectar caídas al agua al desemparejarse con el barco en el que están trabajando. Ante una situación así, el sistema genera unas alertas tras las que se enviarían drones aéreos con hasta 10 horas de autonomía a la zona para retransmitir imágenes en directo y permitir planificar la operación.
Los marineros también portarán un traje de trabajo especial, con un sistema hinchable automático en el caso de caída al mar y un módulo GPS. El sistema MAR-1 también contará con un hidroavión listo para ser utilizado en condiciones meteorológicas complicadas y una embarcación capaz de recoger del agua a náufragos de forma automática. Aceituno destaca que estos dos vehículos pueden ser tripulados a distancia, aumentando también la seguridad de los equipos de salvamento.
“Yo soy tecnólogo, llevo la tecnología en las venas y me interesa mucho la que tiene utilidad, la que realmente vale para algo de verdad. En este caso, cuando cae una persona al mar, permite que se sepa que ha pasado, porque sin la tecnología, por mucho que chilles en medio de la ría lo normal es que nadie te escuche”, destaca Aceituno.
Si bien este proyecto llevaba en su cabeza desde el hundimiento del ‘Paquito 2’, el desarrollo de la plataforma MAR-1 tuvo lugar durante los últimos 18 meses, de la mano de otras empresas gallegas. “Llevo toda mi vida en proyectos de I+D y nunca en mi trayectoria he visto semejante vinculación de todos y cada uno de los componentes humanos de las empresas, fue una apuesta por conseguir unos hitos tecnológicos”, señala.
El coordinador de proyectos estratégicos en Imatia también apunta que iniciativas como esta permitirían ahorrar numerosos gastos a la administración. "Con este sistema no haría falta estar patrullando por si ocurre algo constantemente, y esos recursos se podrían utilizar en otras tareas más productivas", apunta Aceituno. "Esto no quiere decir que haya menos recursos humanos, si no que serán mucho más eficientes. Hoy como hay tecnología los servicios de rescate serían más eficaces, salvaríamos más vidas y activos", destaca. n
Fue precisamente un accidente en el mar, el hundimiento del barco ‘Paquito 2’ en Corrubedo hace ya más de cinco años, lo que animó a Luis Aceituno, coordinador de proyectos estratégicos en Imatia a lanzar la plataforma MAR-1. “Fue algo que viví muy de cerca, nadie se enteró de que el barco se había hundido, y la tecnología tiene que estar para ayudar ante estas emergencias, estamos hartos de escuchar que se nos hunden cerca de la costa y cuando vamos al rescate ya es tarde”, señala Aceituno.
Para evitar más casos como este, MAR-1 dispone de un amplio abanico de herramientas tecnológicas punteras que facilitan las labores de salvamento. Ante cualquier caso de emergencia, este sistema actúa de oficio y activa de forma automática todos los protocolos.
Para lograr esto, los tripulantes de los barcos llevan un reloj inteligente que es capaz de detectar caídas al agua al desemparejarse con el barco en el que están trabajando. Ante una situación así, el sistema genera unas alertas tras las que se enviarían drones aéreos con hasta 10 horas de autonomía a la zona para retransmitir imágenes en directo y permitir planificar la operación.
Los marineros también portarán un traje de trabajo especial, con un sistema hinchable automático en el caso de caída al mar y un módulo GPS. El sistema MAR-1 también contará con un hidroavión listo para ser utilizado en condiciones meteorológicas complicadas y una embarcación capaz de recoger del agua a náufragos de forma automática. Aceituno destaca que estos dos vehículos pueden ser tripulados a distancia, aumentando también la seguridad de los equipos de salvamento.
“Yo soy tecnólogo, llevo la tecnología en las venas y me interesa mucho la que tiene utilidad, la que realmente vale para algo de verdad. En este caso, cuando cae una persona al mar, permite que se sepa que ha pasado, porque sin la tecnología, por mucho que chilles en medio de la ría lo normal es que nadie te escuche”, destaca Aceituno.
Si bien este proyecto llevaba en su cabeza desde el hundimiento del ‘Paquito 2’, el desarrollo de la plataforma MAR-1 tuvo lugar durante los últimos 18 meses, de la mano de otras empresas gallegas. “Llevo toda mi vida en proyectos de I+D y nunca en mi trayectoria he visto semejante vinculación de todos y cada uno de los componentes humanos de las empresas, fue una apuesta por conseguir unos hitos tecnológicos”, señala.
El coordinador de proyectos estratégicos en Imatia también apunta que iniciativas como esta permitirían ahorrar numerosos gastos a la administración. "Con este sistema no haría falta estar patrullando por si ocurre algo constantemente, y esos recursos se podrían utilizar en otras tareas más productivas", apunta Aceituno. "Esto no quiere decir que haya menos recursos humanos, si no que serán mucho más eficientes. Hoy como hay tecnología los servicios de rescate serían más eficaces, salvaríamos más vidas y activos", destaca. n
