Son más de 10.000 personas, el 15% de los desempleados, tras sumar 5.000 en la última década. Los "seniors" tienen problemas para lograr empleo por la edad, prejuicios de las empresas y dudas sobre su formación .
Si hay un colectivo al que le cuesta acceder al mercado laboral y conservar su empleo es el senior. Y es que los desempleados mayores de 55 años ya representan un 15% del total de parados que hay en la provincia frente al 7% de hace una década. En el conjunto de Galicia, la tónica es la misma.
Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2019 cifran en 10.100 los parados que superan dicha edad en la provincia de Pontevedra. El grueso (6.500) estarían en el tramo entre 55 y 59 años y 3.600 entre 60 y 64. Es con diferencia el colectivo que sumó más desempleados en la última década, concretamente 4.900.
La estadística de la EPA refleja que el paro sube más cuanto mayor sea la edad. Así, a partir de los 35 años, todos sumaron desempleados siendo el colectivo senior (más de 55) y el de 45 a 49 y de 30 a 34 los que más parados anotaron en la provincia desde 2009. Por su parte, el paro descendió de los 34 años hacia abajo siendo el tramo de 25 a 29 años el más beneficiado por el descenso con 6.000 menos en la provincia.
En la comunidad gallega se contabilizan 22.800 desempleados mayores de 55, el doble que en 2009. "Los seniors representan una proporción cada vez mayor del total de desempleados en Galicia debido al envejecimiento demográfico", señalan desde la Fundación Adecco y su campaña Tu edad es un tesoro. La consultora también apunta hacia los "prejuicios y estereotipos en las empresas" a la hora de contratar a gente de mayor edad y a las dificultades que tienen para actualizar sus competencias, lo cual les conduce a la cronificación de su desempleo.
A pesar de representar una fuerza laboral en aumento, casi el 90% de los responsables de Recursos Humanos a los que entrevistó Adecco en su informe (un total de 160 profesionales en Galicia) asegura no haber contratado a ninguna persona mayor de 55 en el último año. El 40% admite que la edad le genera dudas para la adaptación y el desarrollo del puesto. Algunas de las principales creencias para rechazar a este colectivo en el mundo laboral es que sus conocimientos "estarán obsoletos" o que su absentismo podría ser superior debido a mayores problemas de salud. "Resulta un contrasentido discriminar a un trabajador maduro, en una sociedad de máximos históricos de envejecimiento", como es Galicia, señala Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.
