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Los intereses de la deuda traerán ajustes

Paneles de la Bolsa de Madrid, en su apertura el viernes.
photo_camera Paneles de la Bolsa de Madrid, en su apertura el viernes.
Tanto en el Gobierno de España como en la Comisión Europea, que ahora también emite deuda, están haciendo números tras darse cuenta de que sus previsiones por el pago de intereses se quedaron obsoletas

Cuando suben los tipos de interés, como viene sucediendo desde hace un tiempo en Europa y en EE UU, se habla a menudo del calvario en el que se adentra mucha gente que está endeudada o precisa estarlo. De todos es conocido el tormento que supone para los hipotecados la subida del euríbor.

Pero este problema no solo afecta a los particulares y las empresas. Instituciones que se las prometían muy felices tirando de la deuda pública sufren ahora las consecuencias de su gasto desaforado.

Al endeudarse, los gobiernos emiten bonos para financiar su gasto público y los inversores compran esos bonos, que les generan una rentabilidad en forma de intereses. Pero cuando los tipos suben, el coste de financiación de la deuda pública también aumenta. Esto significa que los gobiernos tendrán que pagar más intereses y exponerse al riesgo de impago de los bonos, algo que ya es relativamente frecuente en países de América Latina.

Las subidas de los tipos también suelen tener consecuencias negativas en la economía en su conjunto. Si son muy altos, puede desincentivarse el consumo y la inversión, con otro efecto negativo en el crecimiento económico y en la creación de empleo. El equilibrio entre el crecimiento y el control de la deuda suele ser un objetivo común de gobiernos y bancos centrales, pero no siempre es así.

El aumento de los tipos ha dejado, por ejemplo, obsoletos los cálculos que la Comisión Europea preparó en 2020 para el marco presupuestario plurianual que va de 2021 a 2027, en el que se aprobó el Fondo de Recuperación, protagonista de las mayores emisiones de deuda conjunta en la historia de la UE.

En España, el problema se repite. La factura por intereses que el Gobierno espera pagar en 2026 es del 2,9% del PIB. El sobrecoste anual será de 14.900 millones de euros, hasta alcanzar los 46.500 millones. En 2022, España ya pagó unos 5.000 millones más, dedicando algo más de 31.000 millones a este concepto.

En menos de un año, los tipos de interés que paga Bruselas se han triplicado. Los bonos a tres años los está pagando al 2,8% y los que emite a 30 años, a un 3,4%. El Parlamento Europeo ya ha interiorizado que las previsiones de costes por la deuda resultan insuficientes. Todo el mundo quiere saber cuánto costarán hasta 2027 los intereses de los préstamos para el fondo de recuperación Next Generation EU: es decir, de ese maná europeo que está llegando a países como España. Otras facturas importantes son del fondo de soberanía para apoyar la competitividad del sector privado en la doble transición digital y verde o de la atención a los refugiados que ha provocado la guerra de Ucrania. Habrá ajustes, que ya se están estudiando.

En España, donde la deuda no es un fenómeno tan reciente –la Comisión Europea emite desde hace poco tiempo–, la factura subirá cuando venza la deuda ya emitida a tipos bajos en los años de la barra libre de dinero. Se emitió deuda con tipos que tendían al 0% –período 2015-2021–, mientras que a medio plazo podrían rondar el 2%. Como la edad media de vencimiento de la deuda es de ocho años habrá que renovar un 13% de la deuda cada año, lo que ralentiza el impacto. Aun así, los pagos subirán este año un 7%, un 2,4% del PIB. Dicho de otro modo, habrá que destinar medio punto más del PIB a pagar los intereses de la deuda, una de las más abultadas de la zona euro.

@J_L_Gomez

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