Barreras cambia de manos otra vez tras 130 años y 1.600 barcos

El astillero llegó a emplear en sus mejores momentos a 2.000 personas con la industria auxiliar.
photo_camera El astillero llegó a emplear en sus mejores momentos a 2.000 personas con la industria auxiliar.
El astillero cambia de manos por tercera vez con la liquidación de la sociedad y el traspaso de la unidad productiva

Hijos de J. Barreras desaparecerá como empresa (se va a liquidar la sociedad anónima) justo cuando cumple 130 años. Su unidad productiva se traspasará a otra compañía (Armón, Gondán o Marina Meridional) que será la encarga de perfilar el cometido del nuevo astillero y su continuidad, o no, como el mayor astillero privado de España. 

"Desde 1892 mantiene inalterable la vocación y pasión por la construcción naval, forjada con sus primeros veleros de madera a finales del siglo XIX". Así se presenta Barreras en su página web, en la que hace un repaso a su extensísima trayectoria industrial con más de 1.600 barcos construidos en las instalaciones de Beiramar que le llevaron a ser un reconocido líder mundial para el diseño y construcción de buques tecnológicamente avanzados y con alto valor añadido. Cruceros, ferries, Ro-Ro o buques offshore, junto al sector pesquero, son algunos de los segmentos en los que el astillero vigués se consolidó como una de las grandes referencias internacionales.

Hace 25 años Barreras fue privatizado. El empresario vigués José García Costas, la vasca Albacora y Grupo Odiel compraron la compañía al Gobierno -era propiedad de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI)-, una operación que se fraguó por 750 millones de las antiguas pesetas. 

En 2011, la compañía naval suspendió pagos ahogada por unas deudas de 71 millones de euros, la misma cuantía que soporta ahora con unos ‘números rojos’ en 2020 (últimas cuentas publicadas) que rozan los 70 millones de euros y una liquidación de la sociedad que será inminente. Este mecanismo no supondrá el fin definitivo de la empresa, sí de la S.A. que se ‘limpiará’ a través de la figura conocida como prepack concursal que permite desgajar la unidad productiva, que será la que se venda junto con la concesión y, se espera, que con la plantilla.

Barreras lleva sumido en una crisis interna desde 2013 cuando la petrolera mexicana Pemex tomó el control de la empresa y se hizo con el 51% de las acciones. “La llegada de este importante socio industrial le ha dado al astillero más solvencia y versatilidad en un momento clave de su historia”, indica en su web. El desembarco mexicano en Vigo llegó lleno de promesas con el anuncio de numerosos contratos entre barcos off-shore y atuneros, pero sólo fraguó uno, el famoso buque-hotel. 

 

DE PEMEX A RITZ

En 2019 Pemex se retira y cede su participación tomando el control Ritz-Carlton. Los accionistas minoritarios -Albacora y García Costas- acabaron por traspasar sus acciones a Cruise Yacht YardCo, de Ritz, haciéndose con el 100%  junto con el fondo Oatkree como brazo inversor. Ritz quedó en la sombra tras la decisión de Oatkree de fulminar a todo el consejo de administración y nombrar a la consultora Kroll como gestora del astillero con el cometido de rescatarlo y darle continuidad naval en la Ría, lo que todo el sector ansía y muy especialmente sus 120 trabajadores.

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