Ganomagoga presenta el concurso de acreedores: ya cerró dos empresas

Un grupo de trabajadores de Ganomagoga concentrado ayer a las puertas del Concello de Vigo.
photo_camera Un grupo de trabajadores de Ganomagoga concentrado ayer a las puertas del Concello de Vigo.
El comité afea la “mala fe” negociadora de la dirección del grupo y desconfía que inflara las cuentas de 2022

Ganomagoga oficializa su situación de insolvencia económica acogiéndose de manera voluntaria al concurso de acredores y ya cerró las instalaciones de dos sus filiales. 

Las cuatro empresas del grupo industrial -Talleres Ganomagoga, Aplicaciones Metálicas de Galicia (Aplimega), Ganomagoga Logistic y Cedval- solicitaron el procedimiento concursal que está en proceso de trámite por parte del Juzgado del Mercantil número 2 de Pontevedra, según confirman fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). La magistrada deberá ahora emitir un auto de declaración de los concursos que podría retrasarse debido a la huelga de los letrados judiciales.

De manera paralela, la dirección del grupo está negociando un ERE de extinción de contratos que supondrá el despido de los 190 trabajadores en Ponteareas, Mos, Porriño y Vigo. La plantilla considera que “sería más adecuado hablar de un ERTE si realmente hay posibles inversores interesado como nos trasladó la Xunta”, indica Xabier Pérez, presidente del comité de Talleres Ganomagoga, la empresa principal dedicada a la eólica.

Parte del personal se concentró ayer ante el Concello de Vigo, donde presentaron un escrito al alcalde Abel Caballero para reclamar el apoyo de la Corporación y la intermediación del gobierno local en el conflicto al que se vieron abocados "por la mala gestión de la dirección”, apuntan los sindicatos convocantes. CIG y CC OO afean la “poca voluntad negociadora" por parte de la dirección  y cuestionan algunos datos económicos aportados como el incremento de gastos de personal el año pasado que la compañía cifra en un 33 % en el caso de la empresa principal cuando los sueldos "subieron poco más del 6 % y el personal es prácticamente el mismo". “A principios de año había cartera de pedidos y después nos dicen que no hay financiación para la compra de materiales”, argumenta el presidente del comité, muy reticente con los supuestos problemas con la carga de trabajo que alega el grupo.

La desconfianza es tal que la plantilla acude en turnos a las instalaciones para mantenerlas vigiladas, así como la maquinaria. “No nos fiamos, ya nos la pegaron”, dicen sobre el rechazo de la dirección a la propuesta realizada por el comité de vender chatarra a cambio de una paga para los trabajadores. “Se negaron, pero la vendieron y se quedaron con el dinero”, lamentan.

Te puede interesar