Recién llegado de Colombia, hoy mismo parte hacia Noruega con una delegación de empresas gallegas del naval en busca de contratos que les permitan capear una de las peores crisis de la historia. Óscar Gómez Díaz (Ferrol, 1970) es el gerente del Cluster del Naval Gallego (Aclunaga) que representa a 130 compañías y más de 7.000 trabajadores. El impacto de la pandemia, la guerra, la subida de precios de materias primas y el coste energético dejan al sector muy tocado. “No va a ser un buen año, confiamos en una mejora en 2023”, apunta.
¿Cuál es la situación actual del sector naval gallego?
Muy complicada, de muy pocos contratos y dificultades para contratar porque no se garantiza continuidad y estabilidad. En los últimos meses está costando cerrar los acuerdos que ya llevan casi ocho meses en negociación y que se pararon por el covid, las materias primas y por la incertidumbre que existe por el tema de los combustibles en el futuro.
¿Cómo está afectando la crisis de las materias primas?
Hay muchísimos problemas, sobre todo con aceros inoxidables y el aluminio que subieron de precio de manera desmesurada. El sector había hecho acopio de material para este último año y eso les está permitiendo aguantar un poco con el coste que tenían inicialmente, pero cuando tengan que hacer nuevos pedidos la situación va a ser caótica. Las ofertas que pueda hacer el sector naval gallego el año que viene van a ser muchísimo peores.
¿Cuántos contratos tienen los astilleros en sus carteras de pedidos?
Hay unas 10 unidades y 7 barcos en construcción en los astilleros privados. Lo que nos mantiene en vilo es la parte pública (Navantia Ferrol) porque estamos deseando que comience ya la construcción de las fragatas ya que algunas empresas no puedan soportar esa espera. Las cinco fragatas permitirían que la comarca de Ferrol se mantenga o logre estabilizarse y que empresas de Vigo que trabajan para Navantia tengan una opción de trabajo.
¿Cuántos contratos nuevos se están negociando?
Entre tres y cuatro para 2023 pero dependerán de la decisión final de los armadores que ante la incertidumbre económica está paralizando proyectos.
¿Qué previsiones manejan para este año?
El sector está por debajo de sus expectativas y por debajo de la actividad posible en todas las instalaciones. No va a ser un buen año.
¿Y en materia de empleo?
Se perdió casi el 50% del empleo. Había 14.000 trabajadores hace tres años y ahora estamos en la mitad por paralización de la actividad. Muchas plantillas se vieron afectadas por rescisión de contratos sobre todo en el norte.
Y en Vigo los tres mayores astilleros, Barreras, Vulcano y Metalships, están sin actividad.
Es durísimo para Aclunaga, para el sector y para la industria auxiliar es lo peor que le podía pasar. Se juntan los tres astilleros que tenían unos buques muy diferentes a los demás y con muchísimo valor económico y una gran cantidad de empresas vinculadas. La situación es crítica.
¿Se ha visto dañada la imagen del naval gallego a nivel internacional por las crisis de Barreras y Vulcano?
Siempre. Cualquier problema, un mal contrato, un fallo técnico o una quiebra económica siempre es un problema para la imagen de los demás.
La industria auxiliar es una pieza clave del sector. ¿Está diversificando ante la caída de contratos de los astilleros?
El 40% de nuestros asociados trabaja a nivel internacional donde son muy reconocidos y se han movido para intentar colocar producto en el mercado exterior. Para nosotros es la joya de la corona y lo que Galicia no puede perder jamás es la industria auxiliar naval porque es donde se está concentrando el mantenimiento del conocimiento. Hay que potenciar y ayudar a estas empresas.
Se está ultimando la venta de Barreras. ¿Se decanta por alguna de las tres ofertas?
Por la mejor y la más rápida, sobre todo la más rápida porque un astillero parado es una desventaja y una muy mala imagen para todo el sector. Las tres son interesantes y tienen garantizadas contrataciones, pero tiene que ser cuanto antes.
¿Cree que los armadores volverán a confiar en los nuevos Barreras y Vulcano?
Si no pasa mucho tiempo sí y si las empresas que se hagan cargo de los astilleros son de las que hablamos, con un histórico y con experiencia, creo que sí volverán a confiar pero no puede pasar mucho tiempo.
En mayo se celebra la feria Navalia en Vigo. ¿Qué expectativas tienen?
Muy buenas, con todo el respeto que supone la situación actual a nivel mundial. Hay muchas delegaciones, turcos, holandeses o alemanes, que nos están pidiendo ayuda para facilitarles el acceso a las empresas gallegas para que negocien. Creemos que va a ser una buena feria.
“Estamos muy decepcionados con el Perte, es ilógico”
¿Qué valoración hace del Perte del naval?
Muy mala. Lo que sale a la luz es que son 200 millones para proyectos de mejora tecnológica, pero lo más importante es lo que está en la otra columna, 800 millones de inversión privada. Es decir, de cada millón de euros públicos que se invierta en un astillero o empresa tiene que haber un 80% de cofinanciación. Si en los últimos años el naval de Galicia no hizo grandes inversiones resulta difícil pensar que podrá hacerlo ahora. Estamos decepcionados, esto no es de lo que se hablaba ni creemos que vaya a tener un impacto en el país. Si España tiene que reindustrializarse tiene que haber un esfuerzo por parte del país y no esperar a que sea el empresario el que acometa las inversiones en el peor momento de la historia, con una guerra, con la subida de las materias primas y la energía. Es absolutamente ilógico.
¿Se sienten apoyados por Europa?
Para nada. No saben ni lo que es el sector naval. En Europa nos dicen que representamos al mundo marino, la investigación oceánica, el subsuelo y el aprovechamiento de los recursos naturales del océano. No, señores, no nos dedicamos a eso. Nosotros construimos, reparamos, mantenemos y transformamos barcos. Esto esa gente no lo sabe y ellos son los que dictan la normativa para el futuro de Europa, la del ‘Green Deal’ (el Pacto Verde Europeo) y no saben ni para quién están hablando. En cuanto a nuestros representantes españoles en Europa, no están defendiendo la realidad de nuestro país con el 99% de pymes y micropymes. Creen que somos responsables de empresas como BMW o Audi con miles de trabajadores.
