Tuvieron que pasar más de diez años para que España se tomara realmente en serio la Formación Profesional en modalidad Dual, recomendada por Alemania en el marco de los ajustes derivados de la crisis de 2008. Bruselas y Berlín no solo quisieron ajustar las cuentas de España, también sentaron aquí las bases de una nueva cultura profesional. Y Alemania, con una práctica muy arraigada desde 1969, predicó con el ejemplo.
En 2012, la compañía automovilística Seat, de propiedad alemana, decidió dar un pequeño giro en su Escuela de Aprendices. La firma, inspirada en el modelo alemán, empezó a aplicar en Barcelona el llamado sistema de formación profesional (FP) dual, que combinaba la formación teórica y práctica.
Ahora, la nueva ley de FP, consensuada entre el Gobierno, las comunidades autónomas, los centros formativos, las empresas y la patronal, combina desde el primer curso la formación en los centros con las prácticas en empresas, con el objetivo de mejorar la capacitación y la inserción laboral de los graduados. Si bien la FP Intensiva Dual admite una moratoria hasta 2028 –más del 25% de las horas se cursarán en empresas–, la nueva FP General Dual se implantará a lo largo de los próximos cuatro años.
¿Problemas? No es fácil garantizar prácticas suficientes para todos los alumnos, surgen conflictos de competencias, debe profundizarse en el rol del tutor de empresa y hay margen de mejora para la imagen social de la FP, para lo cual cabe impulsar la transferencia de alumnos entre la universidad y la FP.
Los empresarios españoles se pusieron de perfil en un primer momento, reclamando subvenciones públicas para proceder a su implementación, pero finalmente se sumaron al consenso. La Guía Metodológica de Buenas Prácticas elaborada por la Fundación Bertelsmann con la CEOE indica que el Gobierno es una pieza clave para la implementación de este modelo, pero no se podrá avanzar sin el compromiso real de la patronal. Con una tasa de inserción cercana al 70%, este modelo se presenta como un revulsivo para cambiar las cifras de paro juvenil que tiene España, más aún tras la pandemia.
Para el tejido empresarial, conformado mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas, es todo un reto apreciar las oportunidades de este modelo y apostar por él, al tiempo que también lo haga la propia sociedad. Ignacio de Benito, senior Project mánager de la Fundación Bertelsmann y responsable de la Alianza para la FP Dual, llama la atención sobre la tímida demanda del alumnado español sobre este tipo de enseñanza, no llega al 19% del total, frente a la media de la OCDE donde alcanza el 31%.
En Galicia, por ejemplo, la Xunta creará 9.500 nuevas plazas para estudiar FP en los dos próximos cursos atendiendo a las necesidades de los sectores productivos y las comarcas. El presidente Alfonso Rueda resalta que el objetivo es garantizar la conexión de la FP con el mercado laboral y ajustar la oferta de plazas a la demanda real de las empresas.
En Alemania son mayoría los jóvenes que estudian FP, al revés que en España. Claro que en Alemania sus empresas asumen como inversión rentable la financiación de las prácticas. John Stuart Mill escribió que el valor de una nación no es otra cosa que el valor de los individuos que la componen, pero viendo ese tipo de datos se constata que no todos han leído –ni aplicado– sus nobles pensamientos.
@J_L_Gomez
