ANTONIO CASAL DIRECTOR DE ENCE PONTEVEDRA

“Estamos muy cerca del olor cero y estoy seguro de que lo vamos a conseguir”

Antonio Casal
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Antonio Casal (Vigo, 1963) es el director de la planta de Ence en Pontevedra desde hace casi cinco años pero lleva en la compañía desde el año 1990. Asegura que respiró más tranquilo el día que se anunció la prórroga y que un traslado de la factoría no hubiera sido posible.

Defiende la planta por sus altas exigencias medioambientales y ahora acaba de poner en marcha fuertes inversiones para la eliminación de olores, de ruidos y de vapores, así como una planta de biomasa tras ampliarse la concesión 60 años, hasta 2073.

¿Respiró más tranquilo el día que se anunció la prórroga de la concesión?
Pues sí. Por supuesto que sí. Para nosotros era una noticia esperada porque entendíamos que era de justicia. La verdad es que el tema se dilató muchísimo porque lo habíamos pedido dos años antes y parecía que nunca llegaba. Aunque teníamos la confianza de que sería positivo porque no había ninguna razón para que no fuese así.


¿Esperaba que se resolviese así? Hubo muchas críticas porque lo hizo un Gobierno en funciones.
Es un acto administrativo que tiene sus plazos y el hecho de que sea un Gobierno en funciones o no a mi juicio no es relevante. Por supuesto que me hubiese gustado que no hubiera sido un Gobierno en funciones, porque lo habríamos tenido antes, es la única razón.


El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, pidió estos días a Ence que se implique “muchísimo más” en la generación de riqueza de la comarca de Pontevedra. ¿Qué les pide? 
Tendría que preguntarle a él para que concrete. Pero nosotros a Pontevedra lo que le vamos a dar es empleo y generación de riqueza, porque hay que tener en cuenta que los ingresos de todos los trabajadores y de los impuestos que pagamos vienen en su gran mayoría de fuera de España, porque el 97% de nuestra producción se exporta. Eso quiere decir que estamos trayendo riqueza de fuera para aquí. Le estamos dando un desarrollo muy importante al sector forestal y por supuesto que vamos a colaborar con la ciudad en todo lo que podamos. Ese ha sido nuestro compromiso y sigue siéndolo y en eso vamos a trabajar.


Ence se ha comprometido ahora a una serie de inversiones. ¿Cómo van estos compromisos?
Desde el punto de vista de ingeniería, de petición de ofertas, de contratación y de selección de equipos están todas en marcha. El plazo de ejecución que nos planteamos es de dos años. Son inversiones grandes que requieren en muchos casos equipos cuyo tiempo de fabricación es largo, de más de un año. En aproximadamente dos años estarán todas las inversiones.


¿Cuál es la prioridad?
Trabajamos con todo el paralelo. En el primer punto en el que estamos trabajando y va muy avanzado es el nuevo ciclo del agua. Lo que pasa es que también es la obra  que llevará más tiempo porque estamos hablando de una tecnología nueva en nuestro sector, no hay nadie en el mundo que la tenga, que reduzca a un 10% el consumo de agua. De hecho tenemos ahora cuatro plantas piloto, que están instaladas por cuatro empresas internacionales muy relevantes del sector de la depuración de aguas, para decidir cuál es la mejor tecnología para lo que nosotros pretendemos, que es reciclar y reutilizar el 90% de lo que hoy en día es nuestro efluente. Espero que a finales de mayo podamos definir la tecnología y ahí empezaremos con el detalle. La fecha que manejamos es finales de 2018 para que sea una realidad.


Para la planta de biomasa ¿ya hay una ubicación decidida?
Hemos barajado varias ubicaciones siempre en lugares donde Ence tiene plantación. Nuestro interés y nuestro deseo es hacerla en Pontevedra, ahora veremos si es posible, dentro de nuestras instalaciones en Lourizán.


¿Dónde quiere colocar Ence a la planta de Pontevedra con este plan de inversiones?
Queremos colocar a Ence como referente medioambiental, que ya lo somos. Somos de las fábricas de celulosa del mundo con mejor comportamiento medioambiental. Estaremos entre las cuatro primeras a nivel mundial. Pero queremos ir más allá y ser un verdadero referente con proyectos como el de la eliminación absoluta de olores, en el que llevamos unos años trabajando. Hemos reducido muchísimo, nos está costando llegar a cero pero estoy seguro que vamos a llegar. Proyectos como la reducción de penachos, el vapor de agua que se ve salir de las chimeneas de la fábrica, reducirlo al mínimo para que no produzca impacto visual. 


Precisamente uno de los principales argumentos es el ambiental, el olor de Ence. ¿Será posible reducirlo a cero?
Es muy difícil pero claro que sí, será posible. Hemos conseguido pasar de 40.000 minutos de emisiones potencialmente olorosas en el año 2010 a menos de mil el año pasado. El avance ha sido muy importante. Toda la sociedad pontevedresa y de los alrededores lo nota y lo siente. ¿Usted ha notado que la fábrica huele? Huele menos que muchas otras industrias. Estamos muy cerca del olor cero y estoy seguro que lo vamos a conseguir.


¿Es tan hostil la ciudad de Pontevedra con Ence como se ve desde fuera?
No. No lo es. Lo que pasa es que sí puede haber algunas personas hostiles que hacen mucho ruido. Pero la ciudad no es hostil. Basta con vivir en Pontevedra para saberlo y sentirlo. Yo vivo en Pontevedra y escuchas muchos comentarios del tipo “qué sería de Pontevedra sin Ence”. Algunos dicen que es lo único que hay, como fuente de empleo industrial potente.


Hicieron una campaña publicitaria muy intensa en la ciudad para les conocieran.
Me gusta más llamarle campaña informativa. De Ence siempre se ha hablado mucho pero se ha sabido muy poco. Creo que no hemos sabido explicar qué hacemos, cómo lo hacemos y qué impacto tenemos sobre la economía, sobre el medioambiente y sobre la sociedad. Lo que quisimos hacer fue precisamente eso, informar. Y que luego las personas formasen su opinión. Pero sobre información real y fehaciente y no en base a rumores o sentimientos que estaban muy alejados de la realidad. Queríamos que todo el mundo supiera lo que hacemos.


Ahora se abrirá un periodo de batalla legal porque son muchos los que quieren revocar esa prórroga de la concesión. ¿Está bien atada la prórroga?
Entiendo que sí. Lo hemos trabajado desde el punto de vista jurídico y lo tenemos bien armado y atado. Nos hemos limitado a cumplir la ley y cuando alguien cumple la ley y todos los requisitos para obtener algo que no lo obtenga sería prevaricación. Entendemos que no debemos estar preocupados.


Cuando se puso sobre la mesa el traslado de Ence hubo alcaldes de otros puntos de Galicia que ofrecían a sus municipios. ¿Era posible el traslado?
No. El traslado no es factible. A esta fábrica no se le puede poner ruedas y metarla en un paquete. Un hipotético traslado supondría hacer una fábrica nueva y demoler esta. Desde un punto de vista económico es inviable, porque estamos hablando de más de 700 millones de euros. Sería casi imposible conseguir esa financiación y hoy en día es muy difícil conseguir rentabilizar una inversión tan grande en celulosa compitiendo con países como Brasil o Uruguay, donde el precio de la madera es muchísimo más barato que aquí. Nosotros podemos competir desde aquí porque desde un punto de vista de amortización de las instalaciones no tenemos esos enormes costes financieros. Y punto dos, desde un punto de vista técnico tampoco es factible encontrar otra ubicación mejor que esta en la zona. Se me ocurren 700 millones de cosas que hacer con 700 millones de euros mejor que demoler la fábrica y hacer otra que tendría el efluente en el mismo sitio y el efluente atmosférico a unos cuantos kilómetros y en una ubicación logísticamente peor. No saldrían los números. No tiene ningún sentido y todos los análisis que se hicieron con grandes expertos del sector daban que era inviable.


El propio presidente de la Xunta quería inicialmente un traslado aunque luego cambió de opinión. ¿Por qué cree que no tienen razón los que se oponen a Ence en Lourizán?
Porque las causas que esgrimen son falsas. La causa por la que dicen que quieren que Ence se vaya son razones medioambientales y no hay ninguna razón medioambiental. Porque más que cumplimos toda la legislación ambiental, tenemos unos niveles de exigencia muy por encima de la legislación y los cumplimos holgadamente. Para nosotros el medioambiente es nuestra primera prioridad. Se basan en falsedades.


¿Qué tal las relaciones de la primera factoría de la ciudad con el Concello?
Son prácticamente inexistentes. La verdad es que me gustaría que no fuese así. Hemos invitado reiteradamente al Concello a que nos conozca y a colaborar pero no es de su interés hacerlo. Por lo tanto poco más podemos hacer.


¿Han invitado al alcalde?
Reiteradamente. 


¿Qué supone Ence para Galicia en industria y generación de empleo?
En empleo, entre directos e indirectos,  estamos hablando de cinco mil puestos de trabajo. Aparte de ser el principal motor del sector forestal y el 30% de las mercancías que mueve el puerto de Marín. Ence es también el germen de un sector que está llamado a ser uno de los más importantes de Galicia, desde un punto de vista tecnológico. En el sector forestal en Pontevedra hay un centro de investigación, una escuela de ingeniería, estamos nosotros y realmente con todo el bosque y las posibilidades forestales de Galicia. Es un sector llamado a ser puntero en la Comunidad.


¿En la planta cuántos empleados son?
Son 370, pero dentro de la fábrica hay empresas de servicios que trabajan de forma continua y podemos hablar de un centenar más. Esto sin contar los 260 camiones de madera que entran cada día y otras empresas auxiliares.


Ence tiene dos plantas de celulosa en Navia y Pontevedra. ¿Cómo ve el futuro para la factoría de Pontevedra dentro del grupo? ¿Podría convertirse en la primera planta?
Podría ser. Con las inversiones previstas igualaríamos la producción de ambas plantas y para mí, como director de Pontevedra, mi ambición es ser la primera, claro. La idea del grupo es continuar desarrollando ambas fábricas porque cualquier grupo industrial tiene que tender a crecer y a crear riqueza donde está implantado. Ahora estamos en 430.000 toneladas y apuntamos a llegar en un plazo razonable a las 500.000 con lo que igualaríamos a Navia.

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