Economía

España no acaba de ser un país fiable

Juan Guaidó, homenajeado en el Congreso de EEUU.
photo_camera Juan Guaidó, homenajeado en el Congreso de EEUU.
Estados Unidos y los socios de la Unión Europea están desconcertados tras el cambio de posición del presidente Sánchez en relación con Venezuela. La tesis de Podemos parece imponerse a la del PSOE.
Fuentes de la Moncloa aseguran que Pedro Sánchez no recibió a Juan Guaidó durante su visita a Madrid ni le considera ya “presidente encargado” para defender mejor los intereses de España en Venezuela; tanto los de sus ciudadanos -en su mayoría canarios y gallegos- como los de sus empresas. Es decir, Pedro Sánchez estaría suavizando su posición con respecto a Nicolás Maduro, que encabeza un régimen político autoritario, que no respeta los derechos humanos, como ya acreditó la ONU.
¿Falta a la verdad Pedro Sánchez? Sí. ¿Por qué? Su argumento es falso. Holanda tiene más filiales en Venezuela que España y su primer ministro recibió a Juan Guaidó durante su reciente visita a Europa. No solo son los intereses económicos los que mueven a Pedro Sánchez, que ha vuelto a situar a España como un país poco fiable para sus socios occidentales.
Estados Unidos y los países de la Unión Europea están desconcertados tras el cambio de posición del presidente Sánchez en relación con Venezuela, un complicado frente donde la tesis de Podemos parece imponerse a la tradicional del PSOE. De un plumazo, fruto de sus ya habituales cambios de criterio, Pedro Sánchez desató la incomprensión de los venezolanos, el malestar de Estados Unidos, la desconfianza de las cancillerías latinoamericanas y la perplejidad de los socios europeos. La descripción de todas estas reacciones no es de la Oposición, sino del diario El País.
Con la incómoda llegada de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez a España, el Gobierno pudo haber optado por negarle autorización para aterrizar, forzándole a buscar un aeropuerto alternativo en un país vecino; por ejemplo, Marruecos. Pero optó por el pasteleo de la mano del ministro Ábalos, algo cuando menos incoherente ya que, desde junio de 2018, Delcy Rodríguez figura en la lista negra de altos cargos del régimen bolivariano a quienes se impide la entrada en el espacio Schengen; es decir, 26 países europeos, la mayoría de ellos de la UE, más Suiza, Noruega e Islandia). 
Tras apartar a Exteriores de este caso -algo sin precedentes-, Sánchez arropó a Ábalos y calificó a Juan Guaidó de “líder de la oposición” en Venezuela, cuando formalmente España lo reconoce como “presidente encargado”. Tras la petición de una aclaración a Exteriores por parte del diputado Antonio Ecarri, que representa a Guaidó en Madrid, el Gobierno templó gaitas y dio una especie de respuesta salomónica, pero se nota que hay mar de fondo. Tal vez todo se explique mejor a la vista de que Nicolás Maduro pidió a España y “otros países amigos” que medien para el diálogo en Venezuela.
Como saben bien miles de gallegos, España se juega mucho en Venezuela, un país -entonces rico y próspero- que en las décadas de los 60 y los 70 acogió a miles de paisanos, muchos de los cuales hicieron fortuna, al crear sus propios negocios. La llegada de empresas españolas a Venezuela fue posterior. 
En una Venezuela hundida social y económicamente, tras más de 20 años de chavismo, España sigue siendo el segundo inversor, tras Holanda. Hay 72 filiales de empresas españolas, entre las que destacan Telefónica, Repsol y Mapfre, pero donde también operan firmas como Acciona, Alcatel, BBVA, Santander, Planeta, Santillana (Prisa), Meliá y Hesperia, además de Iberia, con enlaces aéreos regulares. Menos relevancia tienen las transacciones comerciales. 
@J_L_Gomez

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